domingo, 16 de julio de 2023

Por qué desinfectar con lejía es una mala idea

 


Desinfectar con lejía es peligroso. El 14 de abril, cuando aún quedaban muchos días de confinamiento, el Servicio de Información Toxicológica ya había atendido a 1.846 consultas telefónicas por intoxicación relacionadas con el uso de lejía y otros desinfectantes. Este es el riego que corremos constantemente cuando nos empeñamos en desinfectar con lejía y otros desinfectantes tóxicos, habiendo en el mercado opciones innocuas y muchísimo más eficaces.

Según un estudio publicado por el ‘Occupational & Environmental Medicine’ nuestros vecinos europeos ya son conscientes de estos riegos. Mientras tanto, en España seguimos utilizando la lejía en un alto porcentaje (el 72% de los participantes reportaron utilizarla en el hogar). En contraste, llaman la atención países como Finlandia, donde prácticamente han eliminado la lejía de la ecuación de la desinfección (sólo el 7% de los finlandeses encuestados afirmaron usarla)

Sanosil, la mejor alternativa a desinfectar con lejía

Por su parte, los desinfectantes Sanosil no dejan residuos tóxicos ni son corrosivos en las dosis recomendadas: el peróxido de hidrógeno, principal componente de Sanosil se descompone en agua y oxígeno (2H2O2 = 2H2O + O2). Estamos hablando de desinfectantes biodegradables que no suponen un riesgo químico, ni dejan restos de olores desagradables.
Además, el poder biocida de Sanosil es incomparable. Nuestros productos erradican virus (coronavirus, norovirus, etc.), bacterias (legionella, Pseudomonas, e.coli, listeria monocytogenes), hongos, levaduras, mohos, protozoos, esporas y biopelículas. Productos que cumplen las normas de eficacia UNE-EN: 1276, 1650, 13697, 14476,13704,14348, AFNOR NF T 72-281.
El peróxido de hidrógeno (H2O2) reforzado con plata son los principios activos de Sanosil. El peróxido de hidrógeno ataca directamente las paredes celulares de los microorganismos. Por su parte la plata trabaja inactivando el núcleo y la capacidad reproductora de los patógenos. Además, su acción viricida es muy rápida. Un detalle, Sanosil S010 acaba con el virus de la gripe en tan solo 30sg después de su aplicación.
Además, las trazas de plata que quedan, invisibles y no tóxicas, ayudan a prevenir la que las superficies vuelvan a contaminarse, lo que le confiere un efecto de larga duración.


1. La alta toxicidad de desinfectar con lejía.

No hay más que fijarse en la etiqueta de la lejía para darse cuenta que estamos ante un producto altamente tóxico. Recuerda que la lejía tiene elementos, potencialmente mortales e incluso cancerígenos y que después de usarla, hay que aclarar con agua la superficie tratada. Sin embargo, hasta aquí no hemos dicho nada nuevo. Más allá de lo evidente, numerosos estudios corroboran el perjuicio que la lejía puede causar a la salud.

Por ejemplo, el estudio del que ya os hablábamos arriba. Éste fue realizado por Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona. Los resultados aseguran que la exposición pasiva a la lejía en el hogar durante la niñez, puede vincularse a tasas más elevadas de infecciones respiratorias y de otros tipos. Sobre todo, a la amigdalitis y a la gripe.

2. La lejía es altamente inestable y pierde eficacia.

La lejía es hipoclorito de sodio NaClO diluido en agua. En otras palabras, contiene cloro en estado de oxidación +1.  Sin embargo, deberías saber que esta disolución no está regulada y no todas las marcas de lejía llevan la misma concentración. Por otro lado, con el tiempo e incluso dentro de la propia botella, el cloro pierde efectividad y no acaba con los microorganismos como creemos. El cloro de la lejía es rápidamente inactivado por materiales orgánicos e incluso por la luz. Desinfectar con un “chorrito de lejía”, en muchos casos, es ineficaz; en otros es necesario aumentar los tiempos de aplicación, con el perjuicio que esto pueda significar para las superficies. Además, desinfectar con lejía es una acción sumamente corrosiva.

Ya sabemos que si combinamos la lejía con el amoniaco podemos estar ante una mezcla explosiva. Cuando se hace esto se produce una reacción química que genera un gas llamado cloramina (Nh2ci). Dicho gas es muy tóxico, produce irritación de las mucosas, quemaduras en la piel y en algunos casos la muerte.

Otros aspectos no tan conocidos de desinfectar con lejía es lo descubierto por investigadores de la Universidad de Toronto. El estudio que fue publicado en la revista científica ‘Environmental Science & Technology’ afirma que desinfectar con lejía, en combinación con la luz y el limoneno (un compuesto cítrico que se encuentra en muchos limpiadores domésticos) forma aerosoles orgánicos secundarios (SOA). Estos compuestos volátiles son potencialmente perjudiciales para el ser humano y para los animales y pueden relacionarse con problemas respiratorios y otros efectos adversos para la salud.

El cloro, además es altamente reactivo con otros muchos productos que son utilizados en la higiene de hogares y empresas, como el vinagre o los descalcificadores. También debemos saber que desinfectar con lejía y agua caliente en una temeridad. ¿Por qué? Porque, además de perder su eficacia, emite gas de cloro. ¿Sabías que este gas se utilizó en la Segunda Guerra Mundial como arma química?


Otros aspectos no tan conocidos de desinfectar con lejía es lo descubierto por investigadores de la Universidad de Toronto. El estudio que fue publicado en la revista científica ‘Environmental Science & Technology’ afirma que desinfectar con lejía, en combinación con la luz y el limoneno (un compuesto cítrico que se encuentra en muchos limpiadores domésticos) forma aerosoles orgánicos secundarios (SOA). Estos compuestos volátiles son potencialmente perjudiciales para el ser humano y para los animales y pueden relacionarse con problemas respiratorios y otros efectos adversos para la salud.

El cloro, además es altamente reactivo con otros muchos productos que son utilizados en la higiene de hogares y empresas, como el vinagre o los descalcificadores. También debemos saber que desinfectar con lejía y agua caliente en una temeridad. ¿Por qué? Porque, además de perder su eficacia, emite gas de cloro. ¿Sabías que este gas se utilizó en la Segunda Guerra Mundial como arma química?

3. Desinfectar con lejía, una práctica muy corrosiva.

Desinfectar con lejía es una práctica que puede traer consecuencias desastrosas, no sólo para la salud, sino también para las superficies.

La lejía es un oxidante muy fuerte que destruye muchos colorantes, por lo que se utiliza como blanqueante. Esto supone un peligro extremo para los textiles. También se pueden apreciar su efecto corrosivo en acero inoxidable, aluminio, cromados, gomas y otras superficies plásticas.

4. Desinfectar con lejía y su fuerte olor.

Además de todo lo dicho, desinfectar con lejía suele dejar en la habitación un fuerte olor que perdura en el tiempo. Dicho aroma, además de resultar muy desagradable para muchas personas, está completamente contraindicado en lugares donde se sirven comidas o aquellos dedicados a la atención sanitaria. Como ya hemos dicho que la lejía es muy tóxica.
Quieres más información, contáctanos escribiendo a info@sanosil.com.es






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