sábado, 29 de julio de 2023

Corte de digestión ¿realmente hay que esperar dos horas para darse un chapuzón

 Hasta hace poco, los niños tenían prohibido zambullirse en el agua hasta que pasaran un mínimo de dos horas desde la última comida y pocos se atrevían a negociar un remojón antes. La mayoría de los padres hoy son menos estrictos con este asunto, aunque esta norma que supuestamente protege a los más pequeños del temido corte de digestión todavía resuena en las cabezas de muchos. La cuestión es, ¿está obsoleta o debemos seguir cumpliéndola? Antes de responder este asunto debemos entender qué es un corte de digestión.

Elizabeth Barba, médico especialista en Aparato Digestivo y jefa de la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital Clínic de Barcelona, explica que se trata de una interrupción del proceso digestivo que ocurre cuando, mientras digerimos, el flujo de sangre se concentra en el aparato digestivo y el resto del cuerpo recibe una cantidad de sangre menor. “La sangre se centra en lograr el vaciado gástrico. En circunstancias normales, durante la primera hora después de haber comido se vacía el 80% del contenido estomacal y, a las dos horas, este trabajo suele haber terminado”, señala. Si mientras está en marcha este proceso el cuerpo entra en contacto con la baja temperatura del agua, la sangre se reparte por el organismo para contrarrestarla y entonces se puede dar un corte de digestión.

Esta interrupción del proceso digestivo puede producirse también fuera del agua, por ejemplo, al realizar una actividad física intensa o al tomar el sol expuesto a temperaturas altas. Los síntomas que nos alertarán de que estamos sufriendo un corte de digestión son náuseas, mareos, escalofríos, visión borrosa, sudoración y calambres intestinales. Barba advierte que el peligro es mayor cuando esta sintomatología se da dentro del agua, porque podemos sufrir una broncoaspiración y ahogarnos.

Para la experta, el corte de digestión no es lo mismo que una hidrocución. “Es uno de sus síntomas. La hidrocución, en cambio, es un estado de síncope o postración que se produce cuando el cuerpo experimenta un cambio brusco de temperatura que afecta a las funciones vitales, no solo a nivel digestivo, y puede derivar en una parada cardiorrespiratoria”.

Se puede sufrir una hidrocución sin necesidad de haber ingerido alimentos cuando la temperatura corporal está por encima de lo normal y la del agua por debajo de los 17-18 grados, afirma Roberto Barcala, coordinador del Grupo de Trabajo SEMES-Socorrismo. “Realizar una actividad física intensa, tomar el sol o trabajar expuestos a temperaturas muy altas antes de bañarnos pueden ser algunos de los desencadenantes de este cuadro.”.

¿Es necesario esperar dos horas después de comer para bañarnos?

Elizabeth Barba insiste que durante este tiempo hay más posibilidades de sufrir un corte de digestión porque se está produciendo el vaciado gástrico, aunque añade que si no somos personas de riesgo, evitamos comer bajo el sol expuestos a altas temperaturas y sorteamos las comidas copiosas y el alcohol, el peligro disminuye. "En los niños, el alcohol no sería un problema, por supuesto. Pero es aconsejable que pase al menos una hora después de las comidas antes de que se sumerjan en el agua". La experta recomienda, asimismo, no perder de vista a los más pequeños, porque en nuestro país el ahogamiento es una de las principales causas de muerte en niños. 

Teresa Cenarro, vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, señala que podemos bañarnos antes de que pasen dos horas si hemos hecho una comida ligera y nos metemos poco a poco en la piscina. “El problema está cuando tomamos comidas grasas y abundantes, que son más difíciles de digerir y pueden producir náuseas y vómitos”. 

Pero la pediatra recuerda que darse un chapuzón después de comer significa exponerse al sol en las horas centrales del día, que es cuando el calor es más intenso. “No es adecuado que un niño se dé un baño a las 15 horas del mediodía, y menos si nos encontramos en plena ola de calor. Aunque esté bañándose, el agua refleja los rayos solares”, advierte. 

En la misma línea, Roberto Barcala señala que para que nuestro cuerpo no experimente un cambio brusco de temperatura en contacto con el agua y disminuyan las posibilidades de sufrir una hidrocución durante el baño, es importante evitar las zambullidas bruscas cuando sintamos mucho calor, por ejemplo, después de haber realizado deporte o tomado el sol. También advierte que las comidas copiosas pueden afectar a nuestro rendimiento físico. “Si no somos grandes nadadores, comer así antes de una travesía a nado puede limitarnos y ponernos en riesgo. Es mejor elegir opciones más ligeras, como harías antes de realizar cualquier otro tipo de deporte”.

Para concluir, los expertos avisan que ante cualquier síntoma de malestar durante el baño debemos salir del agua inmediatamente. Si son leves, desaparecerán al poco tiempo mientras mantengamos reposo a la sombra, pero si persisten habrá que pedir ayuda al socorrista, a los servicios de vigilancia o llamar a emergencias.

Para concluir, los expertos avisan que ante cualquier síntoma de malestar durante el baño debemos salir del agua inmediatamente. Si son leves, desaparecerán al poco tiempo mientras mantengamos reposo a la sombra, pero si persisten habrá que pedir ayuda al socorrista, a los servicios de vigilancia o llamar a emergencias.










































Hasta hace poco, los niños tenían prohibido zambullirse en el agua hasta que pasaran un mínimo de dos horas desde la última comida y pocos se atrevían a negociar un remojón antes. La mayoría de los padres hoy son menos estrictos con este asunto, aunque esta norma que supuestamente protege a los más pequeños del temido corte de digestión todavía resuena en las cabezas de muchos. La cuestión es, ¿está obsoleta o debemos seguir cumpliéndola? Antes de responder este asunto debemos entender qué es un corte de digestión.

Elizabeth Barba, médico especialista en Aparato Digestivo y jefa de la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital Clínic de Barcelona, explica que se trata de una interrupción del proceso digestivo que ocurre cuando, mientras digerimos, el flujo de sangre se concentra en el aparato digestivo y el resto del cuerpo recibe una cantidad de sangre menor. “La sangre se centra en lograr el vaciado gástrico. En circunstancias normales, durante la primera hora después de haber comido se vacía el 80% del contenido estomacal y, a las dos horas, este trabajo suele haber terminado”, señala. Si mientras está en marcha este proceso el cuerpo entra en contacto con la baja temperatura del agua, la sangre se reparte por el organismo para contrarrestarla y entonces se puede dar un corte de digestión.

Esta interrupción del proceso digestivo puede producirse también fuera del agua, por ejemplo, al realizar una actividad física intensa o al tomar el sol expuesto a temperaturas altas. Los síntomas que nos alertarán de que estamos sufriendo un corte de digestión son náuseas, mareos, escalofríos, visión borrosa, sudoración y calambres intestinales. Barba advierte que el peligro es mayor cuando esta sintomatología se da dentro del agua, porque podemos sufrir una broncoaspiración y ahogarnos.

¿Corte de digestión o hidrocución?

Para la experta, el corte de digestión no es lo mismo que una hidrocución. “Es uno de sus síntomas. La hidrocución, en cambio, es un estado de síncope o postración que se produce cuando el cuerpo experimenta un cambio brusco de temperatura que afecta a las funciones vitales, no solo a nivel digestivo, y puede derivar en una parada cardiorrespiratoria”.

Se puede sufrir una hidrocución sin necesidad de haber ingerido alimentos cuando la temperatura corporal está por encima de lo normal y la del agua por debajo de los 17-18 grados, afirma Roberto Barcala, coordinador del Grupo de Trabajo SEMES-Socorrismo. “Realizar una actividad física intensa, tomar el sol o trabajar expuestos a temperaturas muy altas antes de bañarnos pueden ser algunos de los desencadenantes de este cuadro.”.

¿Es necesario esperar dos horas después de comer para bañarnos?

Elizabeth Barba insiste que durante este tiempo hay más posibilidades de sufrir un corte de digestión porque se está produciendo el vaciado gástrico, aunque añade que si no somos personas de riesgo, evitamos comer bajo el sol expuestos a altas temperaturas y sorteamos las comidas copiosas y el alcohol, el peligro disminuye. "En los niños, el alcohol no sería un problema, por supuesto. Pero es aconsejable que pase al menos una hora después de las comidas antes de que se sumerjan en el agua". La experta recomienda, asimismo, no perder de vista a los más pequeños, porque en nuestro país el ahogamiento es una de las principales causas de muerte en niños. 

Teresa Cenarro, vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, señala que podemos bañarnos antes de que pasen dos horas si hemos hecho una comida ligera y nos metemos poco a poco en la piscina. “El problema está cuando tomamos comidas grasas y abundantes, que son más difíciles de digerir y pueden producir náuseas y vómitos”. 

Pero la pediatra recuerda que darse un chapuzón después de comer significa exponerse al sol en las horas centrales del día, que es cuando el calor es más intenso. “No es adecuado que un niño se dé un baño a las 15 horas del mediodía, y menos si nos encontramos en plena ola de calor. Aunque esté bañándose, el agua refleja los rayos solares”, advierte.







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