lunes, 22 de mayo de 2023

Errores en casa con la medicación

 OCU toma el pulso a los errores de medicación de los españoles. Unos fallos que pueden hacer que la persona afectada temine con secuelas graves, en el hospital o perdiendo la vida. Conocer bien nuestra medicación nos ayudará a ganar en seguridad.

A los errores que se cometen con la medicación, los profesionales sanitarios les llaman "errores de medicación". Pero, ¿qué se considera como tales? En nuestra última encuesta a la población española usamos la definición de la OMS: "errores de medicación son aquellos incidentes evitables que pueden causar daño al paciente o provocar un uso inadecuado de los medicamentos".

Uno de cada cuatro usuarios se equivoca

Nadie está libre de equivocarse con su medicación, pero ¿con qué frecuencia se dan estos incidentes? Según la última encuesta de OCU, uno de cada cuatro españoles admite haber experimentado un error de medicación. 

Las causas más frecuentes de los errores

Veamos cuáles son, según a quién atribuimos la responsabilidad del error (unas veces es el propio paciente o quien se ocupa de sus cuidados en casa,  otras, el médico...):

Además, también hay fallos que vinculamos con los farmacéuticos: 13,5% de los españoles señaló que le habían dispensado en la farmacia un medicamento equivocado y un 9 %, que le habían dado unas pautas incorrectas para seguir el tratamiento.

Si tenemos en cuenta los errores según el tipo de medicación,  los antibióticos son los que ocupan el primer puesto (acumulan un 27% de los errores), seguidos por los fármacos para problemas respiratorios (12%) y cardiovasculares (11%).

Errores con distintas consecuencias

No todos los errores tienen las mismas repercusiones en la salud: en ocasiones el paciente no sufre daño alguno. Pero hay casos en los que las consecuencias pueden llegar a ser muy graves. De hecho, el 70% de todos los ingresos hospitalarios debidos a efectos adversos de la medicación, son debidos a fallos que se han cometido con los fármacos. 

En nuestra encuesta, esto es lo que nos han contado los participantes sobre las consecuencias que tuvieron para ellos los errores de medicación:

4 ejemplos de errores habituales

Hay miles de casos de errores registrados: de hecho, solo en la Comunidad de Madrid se recibieron 3.853 notificaciones de errores de medicación en 2022 en todos los niveles asistenciales, incluyendo atención hospitalaria, primaria, centros sociosanitarios, etc.: esto supone un 18% más que en el año 2021

Algunos ejemplos reales de fallos registrados por las autoridades sanitarias nos pueden dar idea del impacto que pueden tener los errores de medicación en la salud: ejemplos relacionados con 4 equivocaciones muy comunes: 

Cambiar la frecuencia de administración

Conviene tomar buena nota cuando, en lugar de seguir una pauta diaria con un medicamento, nos dicen que debemos tomarlo de forma semanal, quincenal, una sola vez, etc.

Un caso típico es el hidroferol de 0,266 mg, en cápsulas, una forma de vitamina D que debe tomarse una vez al mes. Aun así, no es raro equivocarse y tomarlo a diario. El riesgo es que podemos acabar con hipercalcemia grave.

Equivocarse con la dosis diaria

Puede suceder porque no recordamos o entendemos bien las instrucciones; o porque tomamos tantos medicamentos, que confundimos las indicaciones de unos con las de otros. Es algo que les sucede a muchos mayores polimedicados.

Un caso muy común es el de los pacientes que tienen que tomar acenocumarol (el famoso anticoagulante Sintrom): si por un descuido se eleva la dosis, aumenta el riesgo de sufrir una hemorragia grave; y, al contrario, si se disminuye la dosis necesaria se corre el riesgo de sufrir una trombosis.

No respetar la duración del tratamiento

Hay quien corta con la medicación porque cree que no le está haciendo nada o en cuanto se empieza a encontrar mejor. Dependiendo de la dolencia y del tipo de medicamento, puede que eso no tenga ninguna trascendencia, pero si se trata, por ejemplo, de un antibiótico, cortarlo antes de tiempo nos puede poner en peligro: pueden quedar bacterias vivas y volverse resistentes al fármaco. Además, hay medicamentos, como los antidepresivos, que tardan unas semanas en hacer efecto.

Confundir un medicamento por otro

Esto ocurre a menudo cuando tienen nombres similares, oenvases o aspecto muy parecidos. Ese tipo de confusiones no solo se dan en casa. También son frecuentes en las farmacias o en las consultas de los médicos.

Un ejemplo doméstico, de una persona con diabetes: al equivocarse de caja, se inyectó la insulina de acción rápida en lugar de la lenta. Aviso a su pareja porque se empezó a encontrar mal y acabó en el hospital. 

¿Hay fármacos más seguros que otros?

No porque con la medicación no existe riesgo cero. Cualquier medicamento, incluso aquellos que pensamos que son más seguros, pueden causar daños en la salud si se administran incorrectamente, si se toman en dosis elevadas, etc. 

Medicamentos sin receta no exentos de riesgo

Los medicamentos que compramos sin receta en la farmacia cuando nos automedicamostambién pueden llevarnos al hospital si no seguimos escrupulosamente las indicaciones de los prospectos.

Un ejemplo lo tenemos con un antigripal muy común, el Frenadol o Frenadol Descongestivo:

Muchos antigripales, como el Frenadol, contienen en su composición diferentes principios activos, cada uno de ellos con su propio efecto, posibles efectos adversos y respectivas contraindicaciones y advertencias. Por eso el listado de situaciones en las que “no se puede tomar” y el listado de “advertencias y precauciones” en el prospecto de este tipo de antigripales es tan larga.

Por ejemplo, la mayoría de estos antigripales contienen un antihistamínico, la clorfenamina, que reduce el moqueo nasal. Su inconveniente es que puede causar daños a pacientes que sufran una serie de problemas de salud que se indican en el prospecto, que deberían consultar con el médico o farmacéutico antes de tomar este medicamento: un paciente con hiperplasia de próstata tomó este medicamento y por la acción de la clorfenamina sufrió retención urinaria y acabó en el hospital.

Hay fármacos de "alto riesgo"

Algunos se denominan así porque tienen más posibilidades que otros de causar daños graves e incluso mortales. Entre ellos hay varias familias de medicamentos, como  los inmunosupresores, los antiepilépticos, los anticoagulantes orales, los ansiolíticos, los analgésicos opioides, las insulinas, la digoxina para el corazón, la amiodarona para las arritmias, etc.

Un ejemplo típico es el del metotrexato oral:

Es un medicamento que se receta para el cáncer y para enfermedades autoinmunes como la psoriasis o la artritis reumatoide. Un caso real es el de un paciente con psoriasis al que se le indicó que tomase metotrexato de forma semanal. El paciente se confundió y empezó a tomar metotrexato a diarioTras 17 días, esta persona empezó a encontrase bastante mal. El médico comprobó que tenía úlceras en la boca, la garganta y en otras partes de su cuerpo,  un recuento bajo de glóbulos blancos (neutropenia) y signos de daño hepático (niveles muy altos de transaminasas), con lo que tuvo que ser hospitalizado.

Cómo evitar errores de medicación en casa

  • Infórmate bien sobre los medicamentos que utilizas. Una buena comunicación con tu médico y farmacéutico resolverá muchas dudas, así que intenta aprovechar cada vez que vayas a la consulta o a la farmacia: apunta lo que necesites recordar.
  • No te guardes información para ti:
    • Casi la mitad de los españoles encuestados (47 %) no menciona nunca o casi nunca a los médicos los tratamientos que ha iniciado por su cuenta y riesgo.
    • Otro 47%, a pesar de tener dudas sobre su medicación, no siempre preguntan a un profesional sanitario.
    • Y los hay que no informan sobre sus alergias o reacciones adversas a ciertos medicamentos (32 %)... 
  • El prospecto es una fuente de información esencial: consérvalo o entérate de dónde puede consultarlo en caso de pérdida.
    • El mejor lugar para buscarlo es la web del CIMA, el Centro de información online de Medicamentos de uso humano, que depende de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y dispone de un buscador que permite localizar datos de más de 14.000 medicamentos que están autorizados para comercializarse en España. Incluye información actualizada de prospectos, alertas o notas de seguridad, indica si hay problemas de suministro, etc.
    • Otra alternativa fiable es BOT PLUS Lite es el buscador de medicamentos abierto a pacientes del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. En comparación con la web del CIMA, ofrece advertencias sobre seguridad más claras para los legos en la materia (con iconos y mensajes cortos); pero es posible que en el momento de consultarla no tenga las últimas novedades sobre un medicamento.
  • Toma nota de más consejos que te pueden ayudar a minimizar el riesgo de cometer errores con la medicación.
  • Si has sufrido algún daño por un error, comunícalo

    La comunicación de los errores es imprescindible para poder evitarlos en el futuro. Además, es una forma de contribuir a su estudio y vigilancia, para que puedan adoptarse medidas de prevención.

    NotificaRAM es un formulario que forma parte del Sistema Español de Farmacovigilancia, ha sido creado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) para que los ciudadanos comuniquen los errores a las autoridades sanitarias (siempre que el error haya tenido consecuencias en la salud)

  • Si tienes problemas para rellenar el formulario, también puedes hablar con tu médico o farmacéutico para que hagan ellos la notificación a través de los canales oficiales habilitados para ese fin.









Precio del butano: evolución

 

La bombona, mucho más barata

La nueva revisión del precio de la bombona de butano conocida esta semana deja el precio de la bombona en 15,96 euros, lejos de los máximos históricos de hace un año, cuando un precio disparado obligó a congelar el precio del butano. Ahora las bajadas son un hecho, y es previsible que siga la tendencia en meses sucesivos. Una buena noticia para los hogares que usan este combustible,

En 2015 se adoptó el nuevo sistema de fijación de precios de la bombona de butano. Desde entonces, ese precio ha sufrido variaciones muy notables en poco tiempo… si bien había una tendencia, un ciclo de precios anual, en el que los precios del butano tendían a subir en invierno y bajar durante el verano. 2021 rompió todos los esquemas, pues las sucesivas revisiones se tradujeron en subidas consecutivas, y en mayo de 2022 se llegó a un precio de récord en la bombona, alcanzando los 19,55 euros.

Desde ahí ha empezado a bajar, y ahora, por primera vez en dos años está por debajo de los 16 euros.

La bombona, por debajo de los 16 euros

La cuarta bajada consecutiva del precio de la bombona deja su precio en 15,96 euros, acumulando un descenso de más del 18% desde noviembre de 2022.

Precio congelado... y descensos sucesivos

Hace justo un año, el precio de la bombona de butano alcanzó su récord, rondando los 20 euros, en una situación muy complicada en la que todo apuntaba a nuevos incrementos de precio. El gobierno tomó entonces la decisión de congelar el precio de la bombona tradicional durante medio año. Pero el panorama varió: el precio de la materia prima alcanzó su punto más alto poco después de esa revisión, iniciando un descenso que continúa casi un año después. Así, en vez de existir déficits de tarifa, se han generado superávits, con lo que en las últimas revisiones no ha dejado de caer el precio máximo de la bombona, hasta llegar a la cuarta bajada consecutiva, este 16 de mayo, en que el precio de la bombona ha quedado en 15,96 euros.

Esto significa que:

  • En medio año, el precio de la bombona ha bajado algo más 3,5 euros.
  • Esta bajada supone pagar 83 céntimos menos por bombona,
  • El descenso es del 4,94% sobre el precio anterior, apurando hasta el fondo el límite del 5% que se establece a las variaciones permitidas en las revisiones (en realidad, la bajada aprobada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha sido de un 5% exacto, y sólo el redondeo al céntimo en su aplicación al peso de la bombona de butano lo ha situado en unas centésimas por debajo de dicho umbral).

Esta bajada en el mes de mayo no ha sido una sorpresa, y se explica sobre todo por la bajada en la cotización de la materia prima, que es un 25,57% más barata en estos mesos. Además, aunque apenas influya, el coste de los fletes no ha variado en estos meses y el euro ha apreciado mínimamente respecto al dólar (+0,9%) . Todo ello ha contribuido a que la bombona sea ahora un 18,4% más barata que hace seis meses.

El precio de la bombona seguirá bajando

Es muy previsible que en la próxima revisión, en julio de 2023, el precio de la bombona quede en 15,17 euros, teniendo en cuenta que el superávit de tarifa ha engordado notablemente tras esta revisión, pues ha pasado de 0,96 euros por bombona a 1,76 euros, dando mucho margen para futuros descensos del precio del butano.

En resumen, esta revisión de mayo ha traído una buena noticia por un triple motivo. Por un lado, porque supone pagar menos por la bombona de butano. Por otro lado, porque se acumula a bajadas anteriores, lo que ha traído un abaratamiento muy notable en los últimos seis meses, superando el 18%... y por último, porque las previsiones son muy optimistas. El único "pero" es que esta revisión bajista del precio se produzca cuando estamos casi en verano, el momento en el que baja su consumo en la mayoría de hogares que tienen el butano como principal fuente de energía y como fuente de calor. 

Estos cambios afectan a los usuarios de la bombona tradicional de butano, la que tiene 12,5 kilogramos de carga y que en vacío pesa más de 9 kilos, que son la mayoría de las usadas en nuestro país. Las otras tienen el precio liberalizado desde hace años, por lo que pueden costar más que este precio regulado.

Cabe indicar que las tradicionales todavía representan la mayor parte del mercado, pues 53 de los 68 millones de bombonas de butano que se consumen en España encajan en esta definición de bombona tradicional.



La hipertensión: un enemigo silencioso


Si te han diagnosticado hipertensión, te conviene modificar algunos hábitos para reducir tu presión arterial y mantener a raya otros factores de riesgo que pueden agravar tu riesgo vascular.

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión. Es un buen momento para recordar las repercusiones que puede tener la hipertensión para la salud, ya que es uno de los factores de riesgo de infarto o de ictus.

La hipertensión: un enemigo silencioso

La hipertensión es el enemigo silencioso por antonomasia: una persona con la tensión alta no suele ser consciente de ello. El organismo se adapta poco a poco y las consecuencias solo se notan a largo plazo. Casi la mitad de los infartos de miocardio o de los ictus se relacionan con la hipertensión arterial mantenida en el tiempo.

Se habla de hipertensión cuando las mediciones de la tensión arterial arrojan unas cifras iguales o superiores a 140 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima (presión "sistólica") o 90 mmHg de mínima (presión "diastólica").

La hipertensión es, junto con otras variables, uno de los factores de riesgo más importantes que influyen en lo que los médicos denominan riesgo cardiovascular, el cual se define como la probabilidad de morir por enfermedad cardiovascular (infarto de corazón, un ictus cerebral, etc.) en un periodo de 10 años. Es este nivel de riesgo cardiovascular lo que finalmente determina el tratamiento de la hipertensión arterial.

En la inmensa mayoría de los casos la hipertensión es "esencial", es decir, no se debe a ningún otro proceso o enfermedad. Hay, eso sí, una importante predisposición familiar y se conocen, además, algunos factores que la favorecen: el sedentarismo, el sobrepeso, tomar mucha sal y/o alcohol o el estrés mantenido.

Las otras variables que sumadas a la hipertensión contribuyen a aumentar el riesgo cardiovascular son: los niveles de colesterol alto, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, los antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular y la edad.

Evidentemente sobre algunos de estos factores no se pueden influir ya que no se puede alterar ni la edad, ni los antecedentes familiares. Pero sobre el resto de los factores sí que se puede actuar y es muy importante modificar aquellos hábitos que permitan tanto reducir la tensión arterial como mantener a raya estos otros factores.

Cuáles son los valores normales de la presión arterial 

Se habla de hipertensión cuando las mediciones de la tensión arterial indican unas cifras iguales o superiores a 140 mmHg de máxima o 90 mmHg de mínima. Pero según lo elevado de las cifras de tensión arterial se diferencian distintos niveles:

  • Óptima: presión arterial sistólica inferior a 120 y diastólica inferior a 80.
  • Normal: presión arterial sistólica inferior a 130 y/o diastólica inferior a 85.
  • Normal-alta: presión arterial sistólica entre 130-139 y/o diastólica entre 85-89.
  • Hipertensión grado 1: presión arterial sistólica entre 140-159 y/o diastólica entre 90-99.
  • Hipertensión grado 2: presión arterial sistólica entre 160-179 y/o diastólica entre 100-109.
  • Hipertensión grado 3: presión arterial sistólica igual o superior a 180 y/o diastólica igual o superior a 110.
  • Controlar la tensión

    Si te han diagnosticado hipertensión, debes controlar la presión arterial de forma regular.

    Un cambio de hábitos puede bastar

     empieza por hacer una serie de cambios en tus hábitos de vida, tanto para reducir la tensión arterial como para eliminar otros factores de riesgo asociados.

    • Si tienes sobrepeso, intenta perder unos kilos, sin comprometer tu salud. Una una persona obesa con un índice de masa corporal superior a 30, perder 5 kilos puede suponer para ti una reducción de la tensión de hasta 4 mmHg. Para bajar de peso con salud, consulta el Especial Adelgazar .
    • Realiza ejercicio suave y constante, procura moverte y evitar el sedentarismo. 
    • Toma menos sal: no pases de 5 gramos diarios: no añadas salpara condimentar las comidas y, sobre todo, limita los productos elaborados y procesados.
    • Modera el consumo de cafeína: abusar de ella no es aconsejable: cuidado con el café, té y refrescos que contienen cafeína, sobre todo, si los consumes de manera exage­rada.
    • Limita el consumo de alcohol. 
    • Olvídate del tabaco: es un importante factor de riesgo cardiovascular. Para que te hagas una idea, dejar de fumar puede suponer la fronte­ra entre necesitar o no tomar pas­tillas contra la hipertensión. 
    • Si te han diagnosticado hipertensión, contrólala de forma regular.

    ¿Sabes cómo medir la presión arterial en casa?

  • Cuándo tratar la presión arterial alta

    Actualmente no se recomienda tratar farmacológicamente la presión arterial normal-alta, aunque sí se recomienda que se introduzcan cambios de hábitos de vida, pero no siempre es suficiente: si, pese a todo, la hipertensión se mantiene por encima de 140/90 mmHg puede ser necesario recurrir a un tratamiento farmacológico. 

    No obstante, el tratamiento cambiará en función del riesgo cardiovascular de cada uno.

    • Si no hay otros factores de riesgo presentes se recomienda comenzar introduciendo cambios en el estilo de vida durante varios meses o semanas y después añadir tratamiento farmacológico para conseguir disminuir la presión arterial a niveles inferiores a 140/90.
    • En el caso de que haya otros factores de riesgo presentes, el tratamiento farmacológico se tendrá que comenzar antes o incluso de manera inmediata.
    • El único caso dónde se recomienda comenzar tratamiento farmacológico de forma inmediata, aun no estando presentes otros factores de riesgo, es cuando se tiene hipertensión de grado 3.

    Fármacos para tratar la tensión arterial

    Los medicamentos antihipertensivos son muy numerosos y algunos de ellos se encuentran entre los más consumidos. Existen varios grupos, en función de sus mecanismos de acción. Los principales son:

    • Diuréticos: favorecen la excre­ción renal de agua y sales de sodio.
    • Betabloqueantes: ralentizan el ritmo cardiaco.
    • Antagonistas del calcio: frenan la entrada de calcio en las células, lo que relaja las arterias y disminuye la actividad del corazón.
    • IECA: inhiben la acción de la enzima de conversión de la angiotensina, que desempeña un papel muy importante en la contracción de los vasos sanguíneos.
    • “Sartanes” o antagonistas de la enzima de conversión de la angiotensina, de efecto parecido a los anteriores.

    A través de diferentes mecanismos, estos medicamentos (solos o en algunos casos combinados) consiguen un mismo objetivo final: reducir la presión arterial de forma mantenida. No obstante, tienen diferentes efectos adversos y contraindicaciones, que el médico debe tener en cuenta a la hora de escoger el tratamiento más adecuado para cada paciente. 

    Desde OCU velamos por los intereses de los consumidores y usuarios informándoles y ayudándoles a cuidar de su salud y la de su familia: análisis comparativos, estudios, consejos sobre hábitos saludables, alertas de seguridad o acceso a ventajas como la Línea OCU Salud, un servicio médico telefónico las 24 horas al día, exclusivo para OCU Salud. En OCU cuidamos de ti y de los tuyos.






¿Qué es la edad metabólica y qué significa?

 La edad metabólica es un concepto que ha adquirido una gran popularidad en los últimos años debido a la irrupción en el mercado de las llamadas básculas inteligentes o de bioimpedancia.

Ello se debe a que estos aparatos incluyen el dato de la edad metabólica entre los muchos resultados que nos ofrecen.

Pero, ¿qué quiere decir la edad metabólica? ¿Qué diferencia hay con la edad cronológica o edad biológica?

¿Qué es la edad metabólica?

La edad metabólica es el dato resultante de la comparación de la tasa metabólica basal de una persona, con el promedio de tasas metabólicas basales de otras personas que tienen la misma edad cronológica.

Esto permite obtener información acerca del estado real de salud de una persona.

Si la edad metabólica es menor que la edad cronológica será una buena señal, mientras que una edad metabólica mayor que la edad cronológica indicará que algo no funciona bien en esa persona, y se deberán tomar medidas para revertir esta situación.

Se puede decir, entonces, que la edad metabólica va a ser la que nos indique la edad más real o aproximada a la real de una persona.

Dos personas nacidas el mismo día pueden, perfectamente, tener dos edades metabólicas muy diferentes, y en ello va a influir, en gran medida, su estilo de vida y la alimentación seguida.

Diferencia entre edad metabólica y edad cronológica

Cuando hablamos de la edad de una persona, inmediatamente pensamos en los años que han pasado desde su nacimiento hasta el momento actual y, de hecho, es el dato que empleamos para categorizar a las personas en función de la misma.

Esta es la que se conoce como edad cronológica.

Sin embargo, en muchas ocasiones habremos pensado, también, que el dato de la edad cronológica no refleja la realidad en algunas personas.

Por ejemplo, ¿cuántas veces habremos visto a una persona de 80 años que lleva el ritmo de vida y la apariencia física de alguien de 60?

¿O cuántas veces habremos visto a alguien con 25 años que parece que tenga 10 más? Esto es debido a que las edades metabólicas de estas personas van a estar por debajo o por encima, respectivamente, de sus edades cronológicas.

¿De qué depende la edad metabólica?

La edad metabólica depende, a diferencia de la edad cronológica, de diferentes factores ligados al estilo de vida de la persona, y también a las particularidades de su organismo.

Dentro de estos factores encontramos:

  • La frecuencia con la cual se realizan actividades físicas.
  • La alimentación seguida y el metabolismo.
  • La genética o herencia familiar.
  • La composición corporal.
  • El estado de salud general de la persona.
  • El hecho de si padece o no algún trastorno de tiroides.
  • La producción de determinadas hormonas.

Algunos de estos factores que influyen en la edad metabólica van a ser muy fáciles de alterar o modificar, tanto para bien o para mal. Es el caso de:

Actividad física realizada: el ejercicio físico es uno de los mejores aliados para mejorar el estado de salud general de una persona.

En un estilo de vida saludable nunca debe faltar un determinado número de horas de ejercicio físico de carácter moderado a la semana.

Alimentación: la alimentación es un elemento que influye enormemente en el estado de salud. Una alimentación deficiente o inadecuada terminará derivando en problemas a nivel de salud, problemas físicos, problemas estéticos…

Composición corporal: va a ser el principal fruto de la unión de los factores de la alimentación y de la actividad física.

Dentro de la composición corporal se tendrá en cuenta el porcentaje de grasa, el peso total, o el índice de masa corporal.

En cambio, otros factores ligados a la edad metabólica son más difíciles o imposibles de controlar, por lo que su influencia sobre la misma va a ser de carácter fijo.

Genética: la genética puede influir en muchos aspectos, como por ejemplo en el aspecto físico, en la mayor o menor facilidad para acumular grasa, en el hecho de padecer algunas enfermedades…

Tiroides: los trastornos de tiroides afectan a la composición corporal haciendo que se engorde o adelgace con mayor facilidad aunque se siga una dieta adecuada y equilibrada.

¿Para qué sirve la edad metabólica?

Ya hemos visto que la edad metabólica está ligada a la tasa metabólica de una persona, y la tasa metabólica disminuye conforme la persona va envejeciendo. Esto se debe a que las personas, cuanto más envejecen:

  • Menos calorías requieren debido a la disminución de la actividad física.
  • Menos calorías requieren debido a la reducción de la masa muscular.

La edad metabólica puede ayudarnos a calcular el número de calorías que se requiere para poder cubrir las necesidades diarias.

Conforme mayor sea la tasa metabólica de una persona, menor será su edad metabólica.

¿Cómo reducir la edad metabólica?

Cuando hemos hablado acerca de los factores de los que depende la edad metabólica, hemos visto que podemos influir totalmente sobre algunos de ellos y, por lo tanto, serán la clave si lo que estamos buscando es reducirla.

Los tres puntos a atacar para reducir la edad metabólica van a ser la actividad física, el descanso y la nutrición, lo que se traduce en las siguientes acciones:

Aumentar la masa muscular

La masa muscular requiere energía para poder ser mantenida, lo que supone un aumento de la tasa metabólica basal.

Cuanta más masa muscular posea una persona, mayor será su metabolismo.

Entrenar para aumentar la masa muscular, siempre que sea posible, será una de las acciones a realizar si se desea disminuir la edad metabólica.

Se debe tener en cuenta que entrenar para muscular requiere de una serie de conocimientos los cuales es posible que no todo el mundo posea. ¿Qué hacer en estos casos? Recurrir a los servicios de un entrenador personal.

Estos profesionales se encargan de realizar entrenamientos personalizados a cada individuo, de manera que el trabajo realizado en cada sesión de entrenamiento está apuntando directamente a obtener el resultado esperado.

Dormir adecuadamente

El descanso es necesario para cualquier ser vivo. Durante el sueño se producen una serie de procesos hormonales que actúan en el organismo.

Entre estos procesos hormonales se encuentra, por ejemplo, el de generar la hormona del crecimiento, necesaria para el crecimiento y desarrollo muscular, del cual hemos hablado en el apartado anterior.

Dormir permite eliminar el estrés físico y mental que se acumula a lo largo de la jornada, factores que afectan negativamente a nuestra edad metabólica.

Cuando se producen cambios en el patrón del sueño, los ritmos circadianos se ven alterados. Estos cambios pueden deberse a, por ejemplo, una variación en los horarios de trabajo, al cuidado de un bebé, o a diferentes trastornos de salud.

Los ritmos circadianos van ligados al reloj biológico de nuestro organismo, el cual regula el metabolismo y, por lo tanto, va a influir sobre nuestra edad metabólica.

En el caso de que seamos de esas personas que duermen cada noche (o cada día) a una hora diferente, si queremos reducir la edad metabólica deberemos reconducir nuestro patrón de sueño y normalizarlo.

Mencionar también que el número de horas de sueño también tiene su importancia. No dormir lo suficiente generará estrés, el cuerpo se sentirá cansado, y no se desarrollarán de manera satisfactoria todos los procesos que tienen lugar durante el sueño.

Lo adecuado es dormir entre 7 y 8 horas diarias.

Realizar actividad física regularmente

Hemos hablado hace poco acerca de la conveniencia de aumentar la masa muscular mediante ejercicios específicos.

Los entrenamientos físicos también provocan que en nuestro organismo se desencadenen una serie de procesos hormonales, favoreciendo la generación de testosterona, adrenalina, noradrenalina… hormonas que hacen que el estado físico y deportivo de una persona se vea mejorado.

Conforme vamos avanzando en edad, la capacidad del organismo para generar este entorno hormonal va disminuyendo, a lo que se le suma la tendencia al sedentarismo (ausencia de estímulos físicos para generar este entorno).

Realizar deporte permitirá minimizar este hecho natural y, así, mejorar la edad metabólica.

Seguir una alimentación adecuada

El entrenamiento físico es importante, pero también lo es el hecho de seguir una alimentación adecuada que nos permita obtener el máximo beneficio de los estímulos generados en esos entrenamientos.

La nutrición orientada al deporte (y a un estilo de vida sana en general)  requiere de un aporte exacto de macronutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono), de forma que cada uno de ellos pueda cumplir una función específica en el organismo.

Entre estas funciones se encuentra el aportar energía a los músculos y a los órganos en general, construir y reparar las fibras musculares, favorecer determinados procesos hormonales…

Por otro lado encontramos los micronutrientes (vitaminas y minerales), los cuales son absolutamente necesarios, para, por ejemplo, que se produzca de manera adecuada la transmisión de impulsos nerviosos, transportar oxígeno, o reforzar nuestros huesos.

Cualquier desequilibrio en este aporte de nutrientes terminará no solo derivando en un rendimiento deportivo pobre, sino que generará problemas de salud que afectará a nuestra edad metabólica.

Acumulación de grasa, colesterol, exceso de azúcar… son algunos problemas derivados de seguir una dieta pobre en calidad o inadecuada.

¿Cómo calcular la edad metabólica?

Hace años, conocer la edad metabólica era algo complicado. Sin embargo, en la actualidad y gracias a las básculas inteligentes o máquinas de impedancia bioeléctrica, conocer este dato es sumamente fácil.

Este tipo de básculas ofrece datos muy interesantes, como el porcentaje de grasa corporal, el porcentaje de grasa visceral, la cantidad de masa muscular, el peso de nuestros huesos, la cantidad de agua que tenemos en el cuerpo y, evidentemente, nuestra edad metabólica.

Adquirir una de estas básculas (y otro tipo de productos tecnológicos o wearables) resulta muy económico, pudiendo elegir entre una amplia cantidad de modelos distintos.

¿Se puede calcular la edad metabólica sin una báscula inteligente?

Si no se dispone de este tipo de básculas, lo único que podremos hacer es un cálculo aproximado de la tasa metabólica en reposo, dato que deberá ser comparado con la tasa metabólica en reposo de otras personas de diferentes (o la misma) edad cronológica para poder sacar conclusiones.

Para realizar este cálculo manual necesitaremos conocer los siguientes datos:

  • Edad cronológica
  • Sexo
  • Altura
  • Peso

Como se puede intuir, esta manera de calcular la tasa metabólica en reposo resulta poco precisa, ya que obvia valores como el porcentaje de grasa, la cantidad de masa muscular, o el índice de masa corporal.

Estos datos se deberán aplicar a la siguiente fórmula, teniendo en cuenta estos aspectos:

  • Multiplicar el valor del peso por 2,2, ya que se requiere introducirlo en libras.
  • Multiplicar el valor de la altura en centímetros por 0,39, ya que se requiere introducirlo en pulgadas.

La fórmula es la siguiente:

Hombres = 66 + (6,23 x Peso) + (12,7 x Altura) – (6,8 x Años)

Mujeres: 665 + (4,35 x Peso) + (4,7 x Altura) – (4,7 x años)

¿De qué nos puede servir este dato? Ya hemos mencionado anteriormente que un metabolismo basal elevado está asociado a una edad metabólica baja.

Si no disponemos de una báscula inteligente, podemos ir anotando con cierta frecuencia nuestro metabolismo basal y observar si aumenta o disminuye.

Conclusión

Ahora que ya conocemos que es la edad metabólica, y que sirve para hacernos una idea del estado de salud de nuestro organismo, es el momento de ir controlándola con mayor frecuencia y seguir las pautas recomendadas para mantenerla en el mínimo valor posible.



¿Es Posible Eliminar el Reflujo sin Medicamentos ni Cirugía? Una Historia de Éxito

 Estoy a punto de contarte una historia verdadera. Si me crees serás muy bien recompensado o recompensada. Si no me crees… haré que valga la pena tu tiempo para que cambies de parecer. Permíteme explicarte.

Mi nombre es Laura. Y fui diagnosticada con reflujo (también conocido como ERGE) en el año 2013.

Durante mi inalcanzable búsqueda por recuperarme de este mal, juré que iba a revelar mi historia de éxito con todo el mundo si lograba curarme. 

Y aquí estoy para contártelo a ti.

Un día al mediodía estaba almorzando con mi marido y mis dos hijas… cuando de repente comenzó uno de los síntomas del reflujo ácido. Fue un ardor en la boca del estómago… al cual no le presté mucha importancia.

A la noche — en la cena — volvió a aparecer el mismo síntoma: un ligero ardor en el pecho.

Al día siguiente el ardor se hizo más intenso. Y con el transcurrir de los días, los síntomas comenzaron a empeorar.

El ardor en el pecho se había intensificado bastante. Pero no era solo un ardor en el pecho… sino que también sentía un ardor en la garganta y sentía la boca seca. Además de eso… empecé a tener una tos rara.

Me costaba mucho pasar los alimentos sólidos. Y necesitaba tomar agua para poder tragar.

También se me hacía difícil dormir por falta de aire y siempre sentía que me subía algo desde el estómago hasta la garganta… como si un dragón estuviera escupiendo fuego dentro de mi cuerpo.

Harta de los síntomas… decido ir al médico, quien me dice que los síntomas apuntan a reflujo gástrico o ERGE (Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico).

Sin embargo, debo hacerte una endoscopía para confirmar.

Después de hacer el estudio y de mirar el resultado, el médico me informa que efectivamente tengo reflujo gástrico. Me da Omeprazol para tomar y me dice que lo tome por un mes. Pero los síntomas no calman.

El ardor sigue siendo el mismo. Por las noches debo dormir sentada porque el ácido sube y me quema todo el pecho. Muchas noches me resulta imposible dormir debido a la quemazón.

Cuando le cuento al médico cómo evolucionó la enfermedad, me aumenta la dosis del medicamento. Aún así, los síntomas no mejoran. Es más, parecen empeorar.

Así estuve por un año entero: sufriendo del reflujo y cambiando de medicamentos, los cuales no funcionaban.

En un año, mi ERGE empeoró tanto que el solo hecho de beber agua me provocaba reflujo. Créeme… mi caso no era para nada leve.

Hasta que el médico me sugirió la cirugía. Sino, mi voz se arruinaría. Y por lo tanto, mi carrera como cantante.

Fue en ese momento cuando visualicé la gravedad del asunto. Toda mi carrera como cantante podía derrumbarse por culpa del reflujo.

Todo lo que había logrado en mi vida podría desaparecer… junto con mi futuro.

Pero esa no era mi única preocupación. Mi otro gran temor era el cáncer de esófago.

Como seguramente ya sabes, el constante ácido que pasa por el esófago puede provocar cáncer. Y yo tenía unas altas probabilidades de sufrir cáncer si seguía por ese camino.

Temía por mi esposo y mis hijas. Si algo me sucedía a mí… él debía ocuparse de mis hijas sin mi ayuda. No podía dejarlo solo.

Aún así, era bastante escéptica en cuanto a la cirugía. Así que hablé con algunas personas que se habían sometido a ella. E hice mucha investigación. Y por lo que pude averiguar, la cirugía es bastante peligrosa.

Los efectos secundarios incluyen diarrea por un año. Y en el 85% de los casos, el reflujo puede volver a aparecer dentro de los 15 años.

Además, la cirugía consiste en hacer más pequeño el estómago. Cuando eso sucede, tu cuerpo puede sufrir de malnutrición.

Y tienes que ser muy cuidadoso con lo que comes. Ya no puedes volver a comer lo mismo de antes.

Inmediatamente descarto la cirugía. Y me propongo buscar una solución para mi problema. Si la medicina no puede ayudarme… voy a curarme por mi propia cuenta.

Así es como empiezo a buscar información por internet. Leo todo lo que encuentro para poder curar el reflujo de forma natural.

Pero en internet hay mucha información errónea. En algunos sitios web veo que tal cosa es buena para el reflujo. Y en otros sitios leo todo lo contrario. En ese momento me siento muy perdida.

Aún así empiezo a aplicar algunos consejos que encuentro en internet. Por unos días mis síntomas mejoran. Pero después el reflujo empeora y los síntomas se vuelven insoportables.

Entonces decido aumentar aún más las dosis de los medicamentos. Pero eso no me ayuda mucho… y además siento que las medicinas están «matando» otras partes de mi cuerpo, como el hígado o mi estómago.

Mi vida social cambia rotundamente. Ya no quiero ir a cenar con amigos porque después sé que las horas posteriores van a ser muy malas.

En tres simples palabras… me siento miserable. Siento que mi vida está reducida y que no sirvo para nada.

«Parece que tendré que vivir toda mi vida con esta enfermedad», me digo a mí misma. «Y lo peor de todo es que los síntomas siguen empeorando».

Uno de esos días, me encierro en el baño, tomo un trapo y lo aprieto fuerte con los dientes para poder llorar sin que mi familia me oiga. Simplemente no quiero que ellos se den cuenta de mi sufrimiento.

Y mientras lloro, hago lo que muchas personas hacen cuando se ven obligadas a enfrentar momentos muy difíciles en la vida: oro y le pido ayuda a Dios.

Al día siguiente mi esposo me dice que unos amigos nos invitaron a cenar. Yo no quiero ir por lo que mencioné anteriormente. Pero me convence y accedo a ir.

Y como verás en unos instantes, hice bien en aceptar esa invitación, ya que esa cena sería uno de los momentos más importantes de mi vida.

En la cena estaban nuestros amigos, Carlos y Sara. Ellos eran los que organizaban la cena. Y también estaba una señora llamada Raquel.

Cuando Raquel vio que yo evitaba todo tipo de comidas y que comía muy poco, me preguntó si tenía algún problema… y le expliqué que sufría de reflujo.

Después de cenar, en un momento Raquel se me acerca y me pregunta qué tan grave es mi problema. Al escuchar lo grave que es, me cuenta que su esposo pasó por lo mismo que yo.

«Mi marido se recuperó de un terrible caso de ERGE después de muchos años de sufrimiento», me cuenta ella.

Me cuenta que fue hospitalizado muchas veces. Y él tampoco confiaba en la cirugía… por lo tanto siempre siguió buscando ayuda.

Raquel me contó que su marido encontró un libro en internet que lo ayudó a curar el reflujo que por tantos años lo atormentó. Una enfermedad que ningún médico supo cómo ponerle fin.

Ella me anota en un papel cómo se llama el libro (más adelante te digo cuál es el libro). Y me dice que lo buscara tan pronto como sea posible.

A pesar de todo lo que ella me contó, yo todavía seguía un poco escéptica. Sin embargo, nadie había podido ayudarme. Ya no tenía más opciones. Cuando llegué a casa esa misma noche, busqué en internet el libro.

Leí muy detenidamente de qué se trataba antes de adquirirlo. Era un tratamiento natural que — según lo que describía — había ayudado a muchas personas alrededor del mundo a curar el reflujo gástrico.

Los testimonios de las personas que se curaron con ese tratamiento natural eran muy alentadores. Esos testimonios — sumado a lo que me contó Raquel — me motivó a adquirir el libro.

Cuando ya tuve disponible el libro, lo leí en menos de un día. E inmediatamente empecé con el tratamiento natural.

Cambié la forma de alimentarme y otros hábitos de la vida cotidiana… y en tan solo 15 días muchos de los síntomas desaparecieron. No más ardor y dolores en el pecho.

Al cabo de 21 días, ya podía dormir sin ningún problema por las noches. Y cada mañana me sentía con una energía tan grande que hasta podía correr una maratón.

No solo el ardor y los dolores habían desaparecido por completo. Sino que mi salud en general estaba mejorando notablemente.

Había recuperado mi vida social de antes, como las cenas con amigos. Pero lo más importante de todo… había retomado mi pasión en la vida: mi carrera como cantante.

Eso fue algo revolucionario para mí. Después de dos meses de haber seguido este tratamiento, todos los síntomas habían desaparecido por completo. Me sentía 100% saludable.

Fue en ese momento cuando supe que estaba totalmente curada del ERGE

Y me di cuenta de la gran capacidad de autocuración que tiene nuestro cuerpo si atacamos la enfermedad desde el ángulo correcto.

Han transcurrido varios años desde que adquirí el libro. Y hasta el momento no he tenido ni un solo síntoma de reflujo. Puedo comer de todo otra vez… hasta tomo vino y café, pero sin excesos.

Quise compartir mi historia para darte esperanzas y que sepas que el reflujo puede realmente curarse con un tratamiento natural. Los medicamentos o la cirugía no son la única opción.

Sé muy bien lo doloroso que puede llegar a ser esta condición: interfiere con tu vida, te deprime y se apodera de tus emociones.

Pero NO te rindas.

Siempre mantén tu mente abierta a nuevas ideas. Nunca sabes cuándo la cura puede estar en frente tuyo.

Nuestros cuerpos fueron diseñados para sanar. El cuerpo humano es un sistema perfecto. El solo hecho que sea vulnerable a las enfermedades, no significa que sea incapaz de sanar.

Ten fe en que te pondrás mejor y que te curarás. Y buena suerte en tu camino hacia una mejor salud.