¿Nunca has tenido unas ganas locas de acurrucarte en tu sofá, disfrutar de la tranquilidad y dejar pasar las horas sin preocupación ninguna? Después de un verano repleto de planes, puede que te apetezca convertir tu casa en un santuario y transformarte por unos días en una ermitaña. ¿Te suena la historia? Entonces eres una fiel seguidora del cocooning.

Todo lo que debes saber sobre el ‘cocooning’

Surgida en los 90 y relacionado a menudo con el nesting, el cocooning es una tendencia que busca refugiarse en el hogar. Aunque en los casos extremos esta práctica puede conllevar un cierto aislamiento de la sociedad, en dosis responsables supone una renovación extraordinaria. No es extraño, pues, que la decoración la haya tomado como inspiración para crear espacios cálidos y acogedores siguiendo estas claves.
La clave principal del cocooning es la desconnexión, una idea que acostumbra a ir ligada a un cierto alejamiento de las zonas urbanas. Las seguidoras de esta nueva tendencia suelen preferir los pueblos a las grandes ciudades y buscan espacios camuflados en la naturaleza. Hacer planes sin gente en casa también es un must, convirtiendo las zonas chill out o los espacios de lectura en ambientes imprescindibles en casa.
Más allá de estar sola, el cocooning también busca un cierto relax. Eso sí, con una clave: disfrutar del hogar. Una idea que encaja perfectamente con los espacios íntimos, cálidos y acogedores. El resultado suelen ser espacios con poca luz, a menudo alumbrados tan solo por la luz de las velas, y una estética minimalista, que ni agobie ni sobrecargue
Con la naturaleza como musa, la decoración perfecta para el cocooning se decanta por los tonos neutros en las paredes y concretamente, aquellos que puedan relacionarse con la tierra. También los materiales orgánicos, como la madera. Y no pueden faltar las flores frescas en cada rincón.