miércoles, 7 de julio de 2021

Mejora de la adherencia: un camino a recorrer junto al paciente

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia como “el grado en que la conducta de un paciente, en relación con la toma de medicamentos, el seguimiento de una dieta o la modificación de hábitos de vida, coincide con las instrucciones proporcionadas por el médico o personal sanitario.1

La falta de adherencia es un problema habitual que puede generar consecuencias clínicas y económicas muy importantes, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas (1). La falta de adherencia se ha asociado a una disminución de la calidad y la esperanza de vida, dando lugar a un empeoramiento de la enfermedad y repercutiendo en el número de consultas y hospitalizaciones. Por todo ello, la mejora de la adherencia supone un reto fundamental.2,3

¿A qué se debe?

Se trata de un proceso complejo, influido por varios factores. Existen factores relacionados con el paciente, como la edad, entorno, nivel de educación, personalidad, presencia de trastornos cognitivos o falta de conocimiento de la enfermedad. Puede haber causas relacionadas con el fármaco que se toma, como los efectos adversos, el tiempo hasta percibir la eficacia o el coste del fármaco.3

Por otra parte, existen factores relacionados con la propia enfermedad. Por ejemplo, se ha comprobado que las enfermedades crónicas tienen mayores tasas de cumplimiento que las agudas. Y también puede haber causas relacionadas con el profesional sanitario, como falta de tiempo, las dificultades de comunicación o una mala relación médico-paciente.3

¿A quién afecta? 

En España, se estima que alrededor de un 50 % de los pacientes crónicos no son adherentes a sus tratamientos prescritos.4 Es importante tener en cuenta que en atención primaria, alrededor de un 40 % de los pacientes pluripatológicos presenta tres o más enfermedades crónicas, y de ellos el 94 % están polimedicados.5

En cuanto a las patologías, los pacientes que padecen depresión y otras enfermedades psiquiátricas son los que menos nivel de adherencia presentan. Con respecto a la edad, las personas entre 41 y 51 años las que son menos fieles a su tratamiento.1

¿Cómo puede solucionarse?

A la hora de mejorar la adherencia, es esencial que los médicos recuerden al paciente la importancia del tratamiento para mejorar la enfermedad y su calidad de vida.1

Proporcionar al paciente información clara y adaptada a sus capacidades es crucial para que entienda la importancia de tomar correctamente su medicación. El uso de recordatorios por escrito, llamadas o correos electrónicos, puede ayudar a evitar olvidos. Los blísteres calendario también han demostrado ser eficaces, especialmente en pacientes polimedicados.1,3

Algunas de las estrategias que han probado ser eficaces son la formación en técnicas de comunicación con el paciente, la identificación de los factores que pueden afectar el cumplimiento, y los cambios en la formulación de los tratamientos para simplificar la frecuencia o la dosis.3 

Finalmente, el apoyo familiar y social del paciente, también ha demostrado jugar un papel decisivo en el cumplimiento.



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