La cesación tabáquica es un proceso de aprendizaje largo y complejo que suele incluir recaídas antes del eventual abandono definitivo del consumo1. La búsqueda de factores que permitan predecir los resultados de estos intentos de dejar de fumar permitirá conocer mejor qué mecanismos operan en el mantenimiento del consumo y en las recaídas1. Por otra parte, la identificación de los factores asociados al fracaso de la terapia posibilitará intensificar las estrategias en los grupos de mayor riesgo2.
Los datos apuntan a un posible valor predictivo del sexo, la edad, el nivel socioeconómico, los trastornos emocionales, la intensidad del consumo, la convivencia con otros fumadores o el grado de disposición o motivación para dejar de fumar1. Según un estudio, factores específicamente asociados a la cesación tabáquica exitosa incluyen el no uso del cigarrillo electrónico, el temor a las consecuencias para la salud y la percepción de nocividad del tabaquismo3. Además, los fumadores que planearon dejar de forma abrupta y aquellos que lo hicieron por presiones sociales tuvieron más éxito4. Un mayor cumplimiento de la medicación se asocia a un menor riesgo de fracaso, y un mayor número de visitas de acompañamiento se relaciona con un menor riesgo de recaída5. En cambio, el incremento de peso se ha implicado en más del 40% de las recaídas2.
Sexo
Al igual que ocurre en otras adicciones, el consumo de tabaco está determinado no solo por las características de la sustancia, sino por factores personales y del entorno6. Así mismo, con respecto a los resultados del tratamiento del tabaquismo, diversos estudios han planteado la existencia de diferencias entre hombres y mujeres6. Se ha descrito que la probabilidad de fumar en el seguimiento fue 1,511 veces mayor en el caso de las mujeres frente a los hombres1.
Aunque pueda no haber diferencias significativas en el éxito de la cesación tabáquica según el sexo, se detectaron factores predictores del éxito diferentes según el sexo6. En los hombres fueron la menor dependencia física y una pareja no fumadora, y en las mujeres fueron la mayor edad, el menor consumo de cigarrillos y una minoría de amigos fumadores. Además, en las mujeres, no padecer ansiedad o depresión durante el tratamiento disminuye hasta dos veces más el riesgo de recaer6.
Edad
La edad en el momento de iniciar la cesación tabáquica4-6 y también la edad de inicio del hábito tabáquico4 (REF) correlacionan con la tasa de éxito. Entre otras características, se ha descrito que los pacientes que dejaron de fumar a los 6 meses de seguimiento eran mayores, y habían empezado a fumar más tarde4.
Grado de dependencia
En pacientes con dependencia alta hay ~2,5 veces más riesgo de fracaso respecto a aquellos con dependencia baja (p = 0,019)2 (peña 2016). Asimismo, en otro estudio, los pacientes con éxito tenían puntuaciones de dependencia de Fagerström más bajas4 y el menor consumo de cigarrillos fue un factor predictor del éxito en mujeres6.
También se ha descrito que la probabilidad de permanecer sin fumar a los 12 meses de seguimiento estaba significativamente asociada a la duración del período previo más largo de abstinencia. Este resultado tiene importantes implicaciones clínicas: las variables relacionadas con historia de consumo y de intentos previos deben ser más valoradas en el momento de diseñar el tratamiento porque son más determinantes que otras incluidas habitualmente en las historias clínicas1.
Nivel educativo
Un nivel educativo más alto se asocia a menor riesgo de fracaso2,3.
Entorno
Uno de los factores específicamente asociados a una cesación tabáquica con éxito parece ser la no exposición ambiental al tabaco3. En este sentido, se ha demostrado en los hombres que uno de los factores predictivos de éxito en la cesación tabáquica es tener una pareja no fumadora. En cambio, en el caso de las mujeres juegan un papel los amigos, que favorecen el éxito de la cesación tabáquica si son en mayoría no fumadores6.
Curiosamente, las características del entorno sanitario desde el cual se lleva a cabo el programa de cesación tabáquica también parecen estar relacionadas con las tasas de éxito. Así, existe una amplia variación en las tasas de éxito de los propios profesionales que participan en estos programas, que parece estar relacionada con las características de su personalidad. Aquellos más extrovertidos tienen mayor éxito al aconsejar a sus pacientes que dejen de fumar7.
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