JOSE POLO
SANT FELIU DE LLOBREGAT
El 21 de junio del 2021 será una fecha que marcará un antes y un después en la historia de Sant Feliu de Llobregat. Este lunes se firmarán las actas de replanteo de las obras del soterramiento de las vías del tren en la capital del Baix Llobregat, según han confirmado fueLa alcaldesa de Sant Feliu remarca que el soterramiento de las vías es un cambio “urbanístico, social y medioambiental”. En el primer ámbito “coserá la ciudad y tendrá un impacto en toda la localidad, no solo en la parte de las obras”. La mejor permeabilidad entre los barrios es evidente. “Cambiará nuestra forma de relacionarnos, servirá para fomentar la vida ciudadana y el asociacionismo”, argumenta. “También servirá para crear espacios más habitables y desarrollar una ciudad más sostenible”, dice ante la posibilidad de impulsar más zonas verdes. “Nos toca construir la ciudad de los próximos cien años”, remata Muñoz, feliz por arrancar unos trabajos ansiados por todos sus predece
El camino no será sencillo y el primer escollo es la complejidad técnica de las obras. Los trabajos serán financiados íntegramente por Adif, entidad pública dependiente del Estado, con una inversión aproximada de 130 millones de euros. Si no surge ningún contratiempo, su plazo de ejecución será de 44 meses. Es decir, Sant Feliu tiene por delante más de tres años y medio de obras. Cuando acaben, las vías quedarán completamente cubiertas a lo largo del kilómetro y medio del casco urbano de la capital del Baix Llobregat, entre la riera de Pahissa y la carretera de la Sànson. Se generarán un total de 40.000 metros cuadrados de suelo público nuevos.
ntes municipales a La Vanguardia.
Se trata del inicio formal de unos trabajos esperados durante cuatro décadas de reivindicaciones vecinales y promesas incumplidas. La actuación coserá la trama urbana de una ciudad dividida urbanísticamente por el paso del ferrocarril y permitirá dibujar el futuro de la localidad para las próximas décadas sin la herida de las vías. También serán el final de un paso a nivel fatídico en el que muere una persona al año. Que deje de existir es el mejor homenaje posible.
“Son como nuestros Juegos Olímpicos”, valora la alcaldesa de Sant Feliu, Lídia Muñoz. “Igual que Barcelona miró al mar, ahora las dos ribas de nuestra Sant Feliu se volverán a ver después de 130 años”, agrega. Según Muñoz, estas obras son la culminación de un “reto conseguido después de 40 años de reivindicación ciudadana e institucional”.
Qué hacer sobre ellos se está decidiendo a través de un proceso de participación ciudadana que tendrá una votación entre tres propuestas finalistas de un concurso internacional de ideas. Pero la consulta de noviembre tendrá un valor doble. El soterramiento implica la construcción de una nueva estación que acabará con la existente, un edificio que tiene un gran valor patrimonial y también sentimental para la ciudad.
“Incorporaremos una segunda pregunta en la consulta para decidir entre opciones más conservacionistas, como replicarla, y otras menos pero que conserven la memoria histórica de la estación”, dice Muñoz. “Es una decisión muy importante que queremos decidir de forma participada”, expresa la alcaldesa, consciente de que el tema de la antigua estación ha levantado sensibilidades no tan solo entre los vecinos sino también entre asociaciones a favor de la conservación del patrimonio.
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