sábado, 9 de diciembre de 2023

Qué esconde el pollo de color amarillo que venden en el 'súper' en España: el aviso de los expertos


 Historia de Cintia de la Paz  • 1 h

En España, ha existido una creencia extendida de que el color amarillo en la piel o carne del pollo indica una crianza de corral y por tanto una mayor calidad. Sin embargo, esta noción está siendo ahora desmentida y aclarada.

Dietista / nutricionista

Cuando acudimos al supermercado a comprar un pollo, podemos encontrarnos con pollos de color blanco o amarillo. Cuando el tono es este último, hay quienes sienten cierta preocupación, desconfiando de que sea saludable, por lo que conviene aclarar cuáles son sus diferencias y cuál de ellos es más saludable.

Según los expertos, su tono proviene de la dieta de estas aves durante su vida, y no se debe juzgar al pollo por su color externo, ya que tanto en el caso del rosado o blanco como en el amarillo nos encontramos con una calidad nutricional similar. La clave en este sentido está en entender que el color de su carne está relacionado con el tipo de alimento que han consumido.

¿Por qué algunos pollos son de color amarillo?

El tono amarillento en algunos pollos y en las yemas de huevos de gallina se atribuye a los carotenoides, pigmentos presentes en alimentos como el maíz, las remolachas y las zanahorias.

Ana Cristina Barroeta, catedrática del departamento de ciencia animal y de los alimentos en la Universidad Autónoma de Barcelona, aclara que cuando los pollos se alimentan de maíz, estos carotenoides se disuelven en su grasa subcutánea, otorgando un color amarillento tanto a la piel como a la grasa del ave. Este mismo proceso afecta la tonalidad de las yemas de los huevos, ya que depende de lo que consume la gallina ponedora.

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Además, la mezcla de la grasa amarilla con la carne rosada del pollo puede darle a la carne un tono anaranjado. Sin embargo, es importante destacar que este color no afecta la calidad nutricional de la carne de pollo, permitiendo que los consumidores disfruten de los mismos beneficios nutricionales, independientemente del color del pollo.

Históricamente, se ha asociado el color amarillento de esta carne con los pollos de corral, debido a que estos solían alimentarse con maíz. Sin embargo, la especialista señala que si un pollo de corral se alimenta de trigo, su carne será rosada. Por lo tanto, el color de la carne de pollo no es un indicador confiable de la calidad o de las condiciones éticas en las que se ha criado el animal. La elección entre pollo de color más blanco o amarillento en el supermercado se basa más en preferencias estéticas personales que en la calidad o el valor nutricional.

Las propiedades de la carne de pollo

La carne de pollo es la que procede de gallos o gallinas jóvenes que son sacrificadas una vez que alcanzan entre las 5 y las 16 semanas de vida, con un peso aproximado de cada pieza entera de entre 1 y 3 kilogramos. Se trata de una carne ligera, con alto contenido en proteínas y baja en grasa. Además, aporta interesantes cantidades de vitaminas y minerales.

Es considerada un tipo de carne magra, aunque para ello es preferible retirar la piel. Posee unas proteínas de alto valor biológico, además de destacar por sus lípidos insaturados como el Omega-3 y el Omega-6, además de por su contenido en vitaminas del grupo B y minerales como el selenio, el zinc o el hierro. De igual forma, es una fuente destacada de fósforo.

Los beneficios del consumo de pollo para la salud

Todas las propiedades que posee la carne de pollo la convierten en un alimento apto para una dieta sana, pudiendo demostrarse a través de diferentes estudios que tiene distintos beneficios para la salud.

Para empezar, esta carne es recomendable para todo el mundo, si bien su aporte de aminoácidos esenciales y su gran digestibilidad hace que sea especialmente recomendado para deportistas y personas con gran actividad física, así como para personas mayores, adolescentes y niños. Su proteína es necesaria para la construcción y reparación de tejidos, así como para mantener la masa muscular.

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Introducir en la dieta alimentos con un gran aporte de proteínas como la carne de pollo es positivo para el control del peso corporal, por lo que es aconsejable para las dietas de adelgazamiento. Diferentes investigaciones indican que una mayor ingesta de este alimento fomenta la termogénesis y la saciedad en comparación con dietas con porcentajes más bajos. De igual forma, sustituir la carne roja de la dieta por otras fuentes de proteína como el pollo ayuda a la hora de reducir el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

A estas ventajas hay que sumar su contribución para el buen funcionamiento del organismo y un buen estado de salud, ayudando a fortalecer el sistema inmunitario y a combatir bacterias y virus. Por último, se debe recalcar que la carne de pollo ayuda a la mejora de la calidad de la dieta en determinadas condiciones, siendo especialmente recomendada durante la gestación y la lactancia, ayudando a la salud tanto de la madre como del bebé.

Los usos de la carne de pollo

La carne de pollo es muy sabrosa, nutritiva y digerible, razón por la que es aconsejable para personas de todas las edades. Tanto el muslo como la pechuga son partes muy recomendadas, siempre que se elimine la piel y la grasa visible.

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Esta se puede preparar tanto a la plancha como de otras formas para poder disfrutar de una carne de pollo saludable. De esta manera se puede preparar asado al horno, en filetes empanados y tostados al horno, cortado en dados para incluirlo en distintos tipos de ensaladas o en brochetas, para incluirlo en un salteado al wok o a la cazuela junto a otros ingredientes.

La carne de este animal es muy nutritiva y muy versátil, siendo recomendable utilizarla como una de las fuentes proteicas de origen animal de preferencia, junto al pescado y los huevos. Para poder potenciar sus aspectos más destacados, es interesante adquirir pollos de cría no intensiva y alimentados con grano. Su mayor calidad se refleja tanto en su perfil nutricional como en su sabor y textura.


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