¿Qué es la culpa materna?
La culpa materna hace referencia a un sentimiento que casi todas las madres primerizas experimentan al tener hijos y querer satisfacer sus necesidades. Esta sensación sobrecogedora de duda y fracaso puede tener consecuencias preocupantes tanto para los padres como los niños y hacer que la maternidad sea aún más difícil. ¿Qué es exactamente la culpa materna y cómo se puede superar? ¡Sigue leyendo para averiguarlo!
En pocas palabras, la culpa materna es el sentimiento o preocupación por no ser buena madre. Quienes lo sufren ven su estilo de crianza como un fracaso.
Las madres, sobre todo las primerizas, se culpan por su supuesta ineficiencia.
Se cuestionan su capacidad para cuidar de sus hijos y temen no hacer las cosas bien o tomar decisiones que afecten al futuro de los niños.
Este sentimiento injustificado de culpa puede deberse, entre otras cosas, a las inseguridades personales o a la presión externa de los familiares, los amigos o incluso las redes sociales.
Una de las decisiones que más culpa provocan en las madres es trabajar a tiempo completo. Cuando dedicas tu energía a trabajar en vez de a cuidar de tus hijos es probable que te sientas mal.
Por otro lado, las amas de casa pueden sentirse culpables por querer pasar tiempo alejadas de los hijos. Como puedes ver, la culpa materna gira en torno a las expectativas y las contradicciones.
Este sentimiento de culpa parece afectar más a las madres que a los padres. ¿Por qué? Solemos hablar de "culpa materna" porque en la cultura occidental se da por sentado que son las madres quienes tienen que cargar con todo el peso de compaginar la vida privada con la laboral. Es un rol de género que se considera habitual y, por lo tanto, rara vez se cuestiona.
Pero los padres no son inmunes a la culpa. A medida que estos se involucran más en el cuidado de los hijos, este sentimiento se va volviendo más recurrente.
Hoy en día, la sociedad moderna espera que las mujeres sean madres y esposas perfectas capaces de tener un trabajo decente y bien pagado. Por lo tanto, es normal que se vean sobrepasadas por estas expectativas tan injustas.
Enfadarse con los hijos es un signo muy habitual de culpa materna. Por desgracia, la agresión, ya sea física, verbal o emocional, está muy extendida. Una madre que experimente este tipo de culpa debe buscar ayuda profesional de inmediato.
Aunque la maternidad es una experiencia a la que muchas mujeres aspiran, lo cierto es que criar a los hijos puede ser aburrido y repetitivo. Echar en falta conversar con adultos en un entorno maduro es un deseo habitual, pero no siempre resulta viable.
Cuidar y educar a los hijos no es nada fácil. La transición hacia la maternidad se asocia a un mayor riesgo de malestar psiquiátrico. De hecho, puede afectar al bienestar general de la mujer, volviéndola más vulnerable a la ansiedad o la depresión.
Criar a un recién nacido puede afectar a la calidad del sueño de ambos progenitores, pero si además se combina con el sentimiento de culpa, la falta de descanso puede convertirse en una fatiga crónica.
Cuanto más culpable te sientas, mayor será el malestar y la frustración. La satisfacción a nivel personal y laboral se vuelve casi inexistente, hasta el punto de que las madres pueden acabar adoptando una actitud permisiva hacia los hijos para compensarlo (algo que suele tener resultados negativos en los niños).
Cuanto más culpable te sientas, mayor será el malestar y la frustración. La satisfacción a nivel personal y laboral se vuelve casi inexistente, hasta el punto de que las madres pueden acabar adoptando una actitud permisiva hacia los hijos para compensarlo (algo que suele tener resultados negativos en los niños).
Cuanto más culpable te sientas, mayor será el malestar y la frustración. La satisfacción a nivel personal y laboral se vuelve casi inexistente, hasta el punto de que las madres pueden acabar adoptando una actitud permisiva hacia los hijos para compensarlo (algo que suele tener resultados negativos en los niños).
Cuidado con las comparaciones, sobre todo en redes sociales. Cada madre es diferente y, de todas formas, ¿cómo sabes que ellas no están pasando por lo mismo?
En casos extremos, la culpa materna puede empujar a las madres a contemplar el suicidio. En estos casos, es crucial buscar ayuda profesional.
En casos extremos, la culpa materna puede empujar a las madres a contemplar el suicidio. En estos casos, es crucial buscar ayuda profesional.
¿Por qué te sientes culpable? Da un paso atrás e intenta identificar la fuente de todos estos sentimientos negativos. Escribir un diario es una buena forma de apuntar los momentos en los que te sientes así. Después de hacerlo, ahonda en los desencadenantes.
Intenta afinar tu intuición materna escuchando a tus hijos. Los niños pueden aportarte mucha información acerca de si las decisiones que tomas funcionan o no.
Usa sus palabras de sabiduría para identificar las cosas en las que debes mejorar y en las que no. Esto te ayudará a equilibrar tu vida personal y laboral.
Date un respiro de vez en cuando. Aprender a relajarse es todo un arte. De hecho, dedicar tiempo a recargar las pilas es absolutamente esencial para lidiar con la culpa y poder identificar algunas de las causas de este sentimiento.
Deja a un lado la culpa practicando la autocompasión. Esto te permitirá perdonarte por los errores que hayas cometido como madre, amar de forma más profunda y atraer oportunidades que te permitan crecer a nivel personal y laboral.
La crianza de los hijos debería ser una experiencia compartida. Comunícate con tu pareja o cónyuge y cuéntale cómo te sientes.
También es importante saber con quién puedes contar. Lo último que necesitas es sentirte juzgada por gente negativa que solo sabe criticar tu estilo de crianza.
Júntate con quienes te apoyen y valoren tus decisiones. Se trata de identificar y hablar con gente similar a ti (p. ej. a través de un grupo de apoyo online).
Si aun así te sigue costando librarte de la culpa, plantéate ir al psicólogo. Cambiar tu forma de pensar y centrarte en lo positivo es el primer paso para reencauzar tu vida personal y laboral y dejar este sentimiento atrás.
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