domingo, 31 de diciembre de 2023

¿Cuántas ciruelas pasas hay que comer al día para tener unos huesos fuertes?

 Historia de Soledad López 


Una buena salud ósea y cardiovascular es un auténtico seguro de vida. Las fracturas a edades avanzadas elevan el riesgo de mortalidad. Y las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. La alimentación es clave para cuidar tanto los huesos como el corazón y hay un alimento muy económico que hace ambas cosas. Nos referimos a las ciruelas pasas.

Es bien sabido que las ciruelas pasas son beneficiosas para el intestino por su riqueza en fibra. Una revisión de estudios sugiere que también pueden ayudar a prevenir o retrasar la pérdida de masa ósea, en especial en mujeres tras la menopausia. Y si lo consiguen en las mujeres en esta etapa de la vida en la que el descenso de estrógenos aumenta el estrés oxidativo y la inflamación, lo que provoca debilidad ósea, qué no puede hacer con el resto de la población. La menopausia es un prueba de fuego para los huesos. Por si fuera poco, las ciruelas ayudan a reducir el colesterol LDL, el malo, por su gran riqueza en fibra, lo que las convierte en un alimento aliado del corazón.

Antioxidantes para frenar la pérdida ósea

El hueso es un tejido vivo que está en constante renovación. Hasta los 30-35 años se construye más hueso del que se pierde; pero a partir de los 40, la destrucción supera a la construcción y vamos perdiendo masa ósea poco a poco.

En este proceso de envejecimiento óseo pueden influir múltiples factores, en especial la inflamación y el estrés oxidativo. Esto ocurre cuando los radicales libres (moléculas que atacan el organismo) y los antioxidantes (moléculas que lo protegen bloqueando los radicales libres) están desequilibrados, lo que impide una correcta renovación ósea.

Las frutas y las verduras que son ricas en compuestos bioactivos como el ácido fenólico, los flavonoides y los carotenoides pueden ayudar a protegernos contra la osteoporosis.

Y una de las más estudiadas en este sentido han sido las ciruelas pasas: son muy ricas en minerales, vitamina K, compuestos fenólicos y fibra dietética, lo que puede ayudar a equilibrar la balanza a favor de los antioxidantes, frenando así el daño que provocan los radicales libres en los huesos.

las ciruelas pasas protegen los huesos

Como decíamos, son muchos los estudios que han analizado el poder de las ciruelas pasas frente a la osteoporosis. Para llegar a conclusiones concretas, los investigadores analizaron datos de 16 trabajos realizados en ratones (diez estudios preclínicos y dos ensayos clínicos) y en todos ellos encontraron evidencia de que comer ciruelas pasas ayudó a reducir la inflamación y el estrés oxidativo y promovió la salud ósea.

Los ensayos clínicos demostraron que comer 100 gramos de ciruelas pasas (alrededor de 10 ciruelas pasas) cada día durante un año mejoró la densidad mineral ósea de los huesos del antebrazo y la parte inferior de la columna, y disminuyó las señales de pérdida ósea.

Además, comer 50 o 100 gramos de ciruelas pasas al día durante seis meses evitó la pérdida de densidad mineral ósea total y disminuyó la osteopontina, una proteína que es indicativa de destrucción ósea, en comparación con las mujeres que no comieron ciruelas pasas.

"En conjunto, la evidencia de los estudios sugiere que las ciruelas pasas pueden ayudar a reducir la pérdida ósea", asegura el Dr. Rogers, autor del estudio. Y es así porque reducen la inflamación y el estrés oxidativo, frenando así la pérdida de hueso. Pero ¿cómo lo logran?

Los investigadores tienen una hipótesis: las ciruelas pasas actúan de forma positiva sobre el microbioma intestinal y reducen la inflamación en el colon. Esto disminuye los niveles de citoquinas proinflamatorias que llegan a la sangre y los marcadores de daño oxidativo. Un efecto protector que notan tus huesos.

Las ciruelas pasas bajan el colesterol

La ciruela pasa es muy rica en fibras tanto solubles (pectina) como insolubles. Esta propiedad le confiere un efecto escoba que arrastra el colesterol a través del intestino y ayuda a su eliminación a través de las heces, de forma que no atraviesa la barrera intestinal y, por tanto, no llega al torrente sanguíneo.

No olvidemos que el colesterol malo es la principal causa de acumulación de placa de ateroma, es decir, de aterosclerosis, que a su vez es la principal responsable de eventos cardiovasculares.


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