jueves, 13 de octubre de 2022

Inteligencia artificial aplicada a la salud

 La aplicación de los sistemas de inteligencia artificial (IA) a la medicina tiene un gran potencial, pero también riesgos. Un reciente estudio científico repasa el desarrollo de esos sistemas de inteligencia artificial en el campo de la salud y sus usos en la práctica real, llegando a la conclusión de que a pesar de la multitud de desarrollos e investigaciones en curso, se recurre muy poco a esa novedosa "medicina inteligente".

Mucha investigación, poco uso en la práctica

Aunque no existe una definición consensuada sobre qué es la inteligencia artificial (IA) la Comisión Europea la ha definido como un sistema que muestra un comportamiento inteligente al tomar decisiones a partir del análisis de los datos del entorno en su búsqueda de alcanzar un objetivo dado

Un gran potencial aún sin explotar

La inteligencia artificial está presente e integrada en nuestro día a día, desde robots aspiradores a la publicidad personalizada que aparece en nuestro navegador o en nuestras redes sociales.

Su potencial en multitud de ámbitos es casi infinito pero un campo dónde sus posibles usos generan un enorme interés es en el área de la salud.

Usos sanitarios de la IA

Se investigan y desarrollan sistemas de IA con fines muy diversos. Por ejemplo...

  • Se recolectan datos de análisis de sangre para predecir el riesgo de trombosis en pacientes de hemodiálisis.
  • Se recurre a sensores de movimiento para prevenir la evolución del Parkinson.
  • Se recaban datos históricos para optimizar los recursos humanos y materiales en hospitales.
  • Se recogen datos de pruebas diagnósticas variadas para detectar precozmente determinadas enfermedades...

Sin embargo, a pesar del gran número de publicaciones científicas que hay sobre la I+D de tecnologías basadas en la inteligencia artificial para la mejora de la salud humana, la realidad es que su uso en la práctica clínica es aún muy limitado.

Poca práctica en entornos clinicos reales

Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Organización Mundial de la Salud tras realizar una revisión de estudios publicados sobre este tema, recientemente publicada en el International Journal of Medical Informatics.

La revisión concluye que:

La mayoría de los estudios sobre usos de inteligencia artificial en salud se centran en el área de las neoplasias (y más concretamente, en su diagnóstico temprano) gracias, precisamente, a la profusión de datos procedentes de los diferentes métodos de diagnóstico por imagen existentes.

Sin embargo, la evidencia publicada, que revisaron los autores de este estudio, se limitaba al desarrollo y la prueba de estos sistemas de IA en entornos de laboratorio, no en entornos clínicos reales.

Ninguno de los estudios revisados había medido el impacto de estos sistemas basados en IA en escenarios reales, ilustrando que hay un importante vacío entre su desarrollo y su posterior implementación en la práctica sanitaria real.

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