miércoles, 26 de octubre de 2022

¿Está China cerca de sufrir una crisis financiera?

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a economía china se está enfriando más rápido de lo previsto. Según el Banco Mundial en 2022 el crecimiento económico chino será del 2,8%. Esto supone prácticamente la mitad que el objetivo anual del 5,5% fijado por el gobierno chino y un crecimiento sustancialmente inferior al intervalo del 4%-5% estimado en abril por el propio Banco Mundial.

Detrás de esta fuerte desaceleración se encuentra la crisis energética y la mala evolución de las economías occidentales, pero también – y quizás, sobre todo – la crisis en China tiene mucho que ver con causas propias. Particularmente con el pinchazo del sector inmobiliario.

Durante años esta industria fue una de las grandes estrellas económicas del país, y de hecho, se convirtió en el mayor mercado inmobiliario del mundo. Cerca del 30% de toda la economía china está, directa o indirectamente, relacionada con él. La incesante construcción de nuevas promociones creó millones de puestos de trabajo y alimento el patrimonio de las familias. Hoy el valor de las viviendas representa casi el 80% de toda la riqueza de los hogares chinos.

Sin embargo, en 2021 las cosas empezaron a torcerse. Evergrande dio el pistoletazo de salida y para finales de año los datos de la consultora británica Capital Economics revelaron que se podían encontrar más de 100 millones de inmuebles vacíos a lo largo y ancho de toda China. Desde entonces tanto las ventas de viviendas como los precios se han desplomado, lo que ha hecho saltar las alarmas sobre el posible contagio que esto pueda tener sobre el sector financiero.

¿Crisis financiera?

El sistema bancario chino es en su mayor parte público. Es decir, los grandes bancos son propiedad del estado, quien los utiliza como un instrumento clave de política económica. Cuando el gobierno chino quiere estimular la economía anima a los bancos a incrementar la concesión de créditos.

Durante años este ha sido el caso del sector inmobiliario. El gobierno quiso promover la inversión en ladrillo entre otras cosas porque este sector es muy intensivo en mano de obra, lo que le facilitaba a Pekín cumplir sus objetivos de crecimiento y empleo.

El problema es que por el camino las familias y los promotores inmobiliarios han acumulado deudas bancarias por valor de 7 billones y medio de dólares. Una cantidad de dinero a la que tenemos que sumar lo invertido por las empresas.

Así que ahora el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha señalado directamente a los bancos. Según las estimaciones de Standard & Poor’s y Deutsche Bank entre el 6,4% y el 7% de todas las hipotecas chinas pueden llegar a correr peligro de impagos.



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