domingo, 21 de marzo de 2021

Ese bolso que pesa demasiado es el culpable de tu dolor de espalda

 Unos polvos de sol para retocarte a lo largo del día, la crema de mano porque no soportas esa sensación de lija en tu piel, un pintauñas por si te salta el esmalte justo antes de una reunión, una botella de agua, el monedero cargado de tíquets y tarjetas, las llaves de casa, del coche, un pintalabios o cacao hidratante (según el caso) y un paquete de pañuelos. Esta podría ser la versión reducida de las cosas que las mujeres solemos llevar en el bolso en nuestro día a día. Si además, eres madre, a este inventario podrían sumarse todo tipo de objetos random que van desde un zumo para llevar, hasta una bolsa de toallitas, pasando por una colección de coches que tu hijo se olvidó en el parque. Y así, con la casa a cuestas pasamos las jornadas y, cuando por fin llegamos a casa, inexplicablemente nos duele terriblemente la espalda. ¿Inexplicablemente? Es un acto tan cotidiano que quizá ni siquiera asocies los dolores musculares con el inseparable bolso que te acompaña pero este podría ser uno de los grandes culpables de muchas de las lesiones que sufrimos las mujeres. «Cuando llevamos el bolso en un solo hombro tenemos una descompensación en la columna por culpa del bolso», apunta María Victoria Ballenilla, fisioterapeuta en la Clínica Vistahermosa, «nuestra espalda compensa con la zona lumbar, dorsal y cervical del lado opuesto, todo esto nos provoca un desequilibrio que nos lleva a sentir un dolor inmediato en el trapecio del lado del bolso. En el hombro, por culpa del asa, podemos llegar a tener dolores y lesiones», apunta la especialista.

El fisioterapeuta Jorge Castillo señala que los desequilibrios de las articulaciones y los músculos serán los efectos que a la larga producirá este peso extra, esa acortación y estiramientos de unos y otros músculos puede acabar provocando, en el caso más extremo, «una protusión, que es el origen que puede desencadenar una hernia discal». La contractura cervical, lumbalgia o dorsalgía serían las lesiones más frecuentes provocadas por nuestro bolso, según la fisioterapeuta Ballenilla.

La reacción más evidente tras conocer estos efectos sería la de prescindir de la mayoría de cosas que llevamos en el bolso y quedarnos con lo esencial. Sin embargo, muchas nos resistimos a renunciar a esos ‘por si acaso’ que llenan nuestro bolso y que nos ayudan a afrontar el día con más seguridad así que, en ese caso, lo ideal para evitar lesiones sería, tal y como apunta el especialista Jorge Castillo, «cambiar cada día el lado en el que llevamos el bolso y en cierta manera equlibramos así el peso que cargamos en ambos lados del cuerpo».

Otra manera de prevenir lesiones es fortalecer la espalda practicando ejercicio, «la mejor opción sería la natación pero, si no tenemos ocasión de ir a ninguna piscina, podemos hacer pilates o hacer ejercicio directamente en un gimnasio y entrar a clases de spinning, correr o ejercicios de GAP o Body Pump… Cualquier tipo de ejercicio que muscule la espalda nos va a venir muy bien», señala la especialista María Victoria Ballenilla. Visitar al fisioterapeuta, tal y como aconseja Jorge Castillo, es otra buena idea pues es un especialista quien mejor nos puede aconsejar sobre qué tipo de ejercicios o estiramientos vendrán bien en cada caso.

Podemos aprovechar que las mochilas han vuelto de los 80 y los 90 para darle otro punto a nuestros looks y hacernos definitivamente con una o dos, dejando aparcado el bolso un tiempo. Este tipo de accesorio evitará en parte los problemas de desequilibrio al estar repartido el peso sobre los dos hombros aunque, en cualquier caso, no conviene cargarla demasiado.

El tipo de bolso también influye. Por ejemplo, si llevamos uno colgado a modo de bandolera, sería conveniente cambiar de hombro cada poco tiempo para no cargar siempre el peso el mismo sitio y que la tira sea ancha y acolchada. Si llevas por el contrario uno de asa corta, es mejor llevarlo en el antebrazo y sin separar demasiado el brazo del cuerpo. Los minibolsos o carteras de mano son idales, además de porque las llevamos en la mano, porque su reducido tamaño impide que demos rienda suelta a nuestro afán de lleverlo todo encima. Y los Tote Bag son, por supuesto, el gran enemigo para nuestra espalda que en caso de llevar, deberías de poner lo más pesado en el fondo para evitar que el bolso se mueva demasiado.

La fisioterapeuta María Victoria Ballenilla nos invita a realizar un sencillo ejercicio para concienciarnos: pesar el bolso antes de salir de casa, «si pesamos el bolso antes de salir nos daremos cuenta de que pueden llegar a alcanzar los tres y cuatro kilos». Increíble pero cierto.

Quizá ahora te lo pienses dos veces antes de cargar tu bolso de cosas que, en el fondo, no son tan imprescindibles y el mini mini bolso de Jacquemus no te parezca, de repente, tan mala idea.



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