lunes, 22 de marzo de 2021

DEJA QUE EL SOL ENTRE EN CASA Y GANA SALUD

 Unos rayos de sol reflejados en el suelo, la mesa o el sofá, y tu casa cambia por completo. El sol no solo proporciona luz y calor, también aporta bienestar y alegría a tu casa.

¿Quién se resiste a la fuerza y el atractivo de unos rayos de sol, luminosos y brillantes, cuando se cuelan por las ventanas y llegan hasta el corazón de la casa? Todos sabemos que la luz natural es imprescindible para disfrutar de una casa más acogedora y atractiva. Pero no solo tiene efectos estéticos. El sol también nos ayuda a ganar salud física y psíquica: la luz aumenta los niveles de endorfinas y serotonina en el cerebro, que son las hormonas del bienestar que transmiten sensación de buen humor y de energía.

Otro de los beneficios probados de los rayos solares es el aumento de la vitamina D, que apenas obtenemos con la alimentación, ya que se sintetiza a través de la piel. La vitamina D, vital para tener huesos fuertes y prevenir la osteoporosis, se consigue con 15-30 minutos diarios al aire libre (no hace falta que sea a pleno sol). Un buen hábito, tanto en invierno como en verano, es abrir las ventanas y sentarse en la terraza o el balcón a tomar el sol.

Al contrario de lo que se cree habitualmente, la luz natural también es una arma eficaz contra el insomnio. El ciclo solar regula el reloj biológico interno y los estadios de sueño y vigilia. ¿Lo más saludable para dormir bien? Irse a la cama cuando oscurece, ya que segregamos melatonina, la hormona que indica al cuerpo que ralentice sus funciones porque ha llegado la hora de descansar.

Por la mañana, lo ideal es despertarse con los primeros rayos del día. Sin embargo, es difícil de llevar a cabo por el ritmo de trabajo y, si vives en la ciudad, por la contaminación lumínica de esta, que nos impide dormir con la persiana abierta. Pero si se puede probar en algún lugar tranquilo o durante las vacaciones, la mejoría es realmente gratificante. Si tampoco es posible, existen despertadores que imitan la luz natural (rayos progresivos que van subiendo de intensidad) y hasta los sonidos de la naturaleza para "despertar" en el dormitorio como si estuvieras en pleno campo.

El sol que recibe nuestra casa está relacionado con su eficiencia energética. La luz natural ayuda a ahorrar en iluminación, que suele representar del 10 al 30% del gasto eléctrico. Y nos permite mantener una temperatura confortable con menos consumo en calefacción. Hay que tener en cuenta que por cada grado que nos aporta el sol, ahorraremos entre el 6 y el 9% de energía consumida. Así, basta con bajar las persianas en verano para impedir que la casa se caliente o subirlas en invierno, para conseguir el efecto contrario.

Las paredes orientadas al sur reciben más luz y calor y están más protegidas de los vientos fríos. Por ello, es ahí donde conviene situar las zonas de día y todas aquellas estancias donde tengamos más actividad como el salón, el estudio o la cocina. Eso sí, en climas muy calurosos, hay que invertir la orientación y evitar el sur para las estancias más vividas.

La orientación es una de las bases de la arquitectura bioclimática para conseguir más confort y ahorro. Pero, en realidad, la arquitectura tradicional ya se regía por algunos de estos principios: los balcones acristalados o los invernaderos adosados, típicos de las casas del Norte, permiten iluminar y calentar las estancias interiores y son una sabia solución para los climas fríos, lo mismo que los muros gruesos, que absorben el calor y aíslan del frío.

Pedro Ródenas, Médico naturista de Integral Centre Mèdic
«El sol es uno de los agentes que nos da la vida y nos mantiene activos, ya que nos "alimentamos" con la energía del sol almacenada en las plantas. Además, la radiación solar se ha utilizado como terapia desde hace miles de años. Entre otros efectos, el sol potencia el sistema inmunitario, favorece la absorción del calcio y actúa sobre el sistema nervioso, influyendo sobre el estado de ánimo».

Toni Marín, Experto en bioconstrucción y director de Ecohabitar
«El ahorro energético que se puede conseguir mediante la aplicación de criterios bioclimáticos en un edificio llega a ser de un 60 a un 90%. Estos se basan en la orientación adecuada y un diseño inteligente que permiten que el edificio se caliente en invierno y se refrigere en verano mediante sistemas que regulan la entrada de luz y la salida de calor, como aislamiento, aleros, ventilación cruzada



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