lunes, 23 de agosto de 2021

¿Qué sucede en tu cerebro al tocar música?

 Música y psique están compenetradas de maneras que todavía maravillan a la ciencia. Por ejemplo, se sabe que el procesamiento de la música en nuestro cerebro da pistas sobre nuestro actuar: al saber cómo la procesamos, podemos saber qué tan empáticos somos.

También es conocido el papel de la música como agente sanador. Su uso se ha extendido en originales terapias para tratar diversos trastornos como la depresión, la ansiedad e incluso el Parkinson.

Pero todos estos beneficios ocurren no sólo al escuchar música, sino también –y de manera portentosa– al tocarla o interpretarla. Así, los instrumentos musicales pueden convertirse en la manera ideal de enriquecer el espíritu y estabilizar nuestras emociones mientras fortalecemos la psique.

Existe una materia blanca en el cerebro, que cubre el cuerpo calloso y es una fibra encargada de que nuestros hemisferios estén interconectados. En diversos estudios se ha demostrado que los músicos tienen una mayor cantidad de esta materia, la cual permite una mejor comunicación entre los hemisferios.

Siempre es bueno que estas zonas trabajen juntas de manera más eficiente, pues así el cerebro funciona más rápido y también se incrementan las habilidades creativas. Además, si se toca música desde una edad temprana, las conexiones se fortalecen permanentemente.

Si te cuesta retener lo que te dijo alguien el día de ayer, tocar música sin duda te ayudará. Resulta que el entrenamiento con instrumentos contribuye a mejorar la llamada memoria verbal. Tan sólo 45 minutos a la semana tocando un instrumento hace que las personas recuerden más fácilmente las palabras que hayan escuchado en un discurso o una clase.

El hecho de mantener ejercitado el cerebro –y las zonas clave de éste, como el hipocampo, donde está la función de la memoria– conduce inevitablemente a tener una mayor salud general e, incluso, se ralentiza el envejecimiento de nuestro querido órgano psíquico.

Por eso, según se ha descubierto, las personas de 60 a 83 años que estudiaron música durante al menos 10 años tienen un cerebro más joven y con mejor memoria –incluida memoria auditiva, visual y táctilila– que quienes no tocan música.

Tocar cualquier instrumento requiere de coordinación, proceso en el cualla están involucradas muchas partes del cerebro. Esto promueve mejores respuestas motrices en general. Se ha comprobado, además, que tocar música fortalece las conexiones neuronales en las regiones del cerebro relacionadas a la motricidad, lo que siempre es un plus.

Entre las muchas áreas que el acto de tocar música estimula en el cerebro está la del cerebelo, el cual se encarga de la atención y el aprendizaje. Tocar música de manera recurrente nos ayudará a concentrarnos y a aprender mejor, siempre y cuando pongamos en práctica algunos hacks para potenciar cualquier sesión de estudio que tengamos.



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