miércoles, 4 de agosto de 2021

Diferencias entre tarjeta de crédito y débito

 Las tarjetas de crédito y de débito se han convertido en herramientas imprescindibles para desenvolvernos en el día a día. En la actualidad, ni siquiera es necesario llevarlas encima: activándolas en nuestro teléfono móvil a través de la aplicación del banco podemos desde realizar la compra en el supermercado, echar gasolina o pagar las entradas del cine hasta abonar una cena especial, dar la entrada para un coche o adelantar el pago de un electrodoméstico.

Aunque su aspecto exterior es bastante similar, las tarjetas de crédito y de débito son muy diferentes en cuanto al método de pago, la posibilidad de financiación y los intereses que pueden derivar de su uso. A grandes rasgos, la principal diferencia entre una y otra es que mientras que con la tarjeta de débito los pagos o las extracciones de efectivo se cargan directamente, y de forma inmediata, en la cuenta del titular, con la tarjeta de crédito se puede pagar incluso si no disponemos de fondos, ya que podemos operar con capital prestado por la entidad financiera a cambio de un interés.

¿Qué es una tarjeta de crédito?

La tarjeta de crédito es un medio de pago que permite al titular obtener una cantidad de dinero de la que no dispone en ese momento en su cuenta bancaria, con su código SWIFT y todo, pero que presenta un perfil con la solvencia suficiente como para contar con ese dinero cuando llegue el momento de devolver la cantidad adelantada. Es decir, las tarjetas de crédito permiten financiar las compras o los pagos, de modo que el cliente contrae una deuda con la entidad financiera que emite la tarjeta. Por ese motivo, los bancos suelen analizar minuciosamente la situación económica del solicitante de una tarjeta de crédito antes de concederle una.


Cuando adquirimos este tipo de producto, debemos informarnos previamente de una serie de cuestiones que son fundamentales para hacer un uso responsable de esta herramienta de financiación. Como ante cualquier producto financiero, lo primero que debemos analizar son nuestras necesidades para optar por la tarjeta que más se adapte a nosotros.

A la hora de seleccionar el plazo de devolución, podemos elegir entre pagar todo a final de mes sin intereses o devolverlo en varios plazos con un tipo de interés sobre el saldo dispuesto. Debemos tener en cuenta, además, que la mayoría de las tarjetas de crédito suelen tener una cuota anual, así como comisiones por emisión, renovación y mantenimiento de la tarjeta, que vienen especificadas en el contrato. Por último, conviene comprobar las ventajas asociadas a la tarjeta, como los seguros sin coste adicional por robo, accidente o asistencia en viaje.

¿Qué características tiene una tarjeta de débito?

A diferencia de la tarjeta de crédito, la tarjeta de débito solo se puede utilizar si existen fondos suficientes en la cuenta bancaria. Es decir, que si en la cartilla tenemos 600 euros, podemos sacar dinero en los cajeros y realizar compras por valor de 600 euros, ya que, si intentamos hacer un pago superior, la tarjeta dará error por falta de liquidez. Debido a que su uso no implica contraer ninguna deuda con la entidad emisora, cuando abrimos una cuenta corriente, lo más frecuente es que el propio banco nos ofrezca una tarjeta de débito para que podamos manejar nuestro dinero de forma cómoda y segura.

Por lo general, las comisiones que se pagan por mantener las tarjetas de débito suelen ser más bajas que las de las tarjetas de crédito. De hecho, si tienes domiciliado en tu banco la nómina y los principales recibos, lo normal es que te la ofrezcan de manera gratuita. Además, para proteger tu dinero frente a posibles robos, puedes limitar la cantidad de efectivo que puedes manejar al día a una cantidad fija, como, por ejemplo, 200 euros. No obstante, si en un momento dado necesitas hacer una transacción mayor, este parámetro puede modificarse fácilmente sabiendo para qué sirve el IBAN o poniéndote en contacto con tu entidad bancaria para que te ayuden a realizar estos pasos.

Qué diferencias hay entre tener una tarjeta de crédito o una tarjeta de débito

Como hemos visto a lo largo de todo el artículo, aunque ambos son métodos de pago eficaces, la diferencia entre una tarjeta de crédito y de débito es grande.

1- En primer lugar, mientras que en la tarjeta de débito el pago se carga directamente en la cuenta del titular hasta el límite de los fondos de la cuenta, con la tarjeta de crédito podemos acceder a más capital del que realmente disponemos, ya que, como su propio nombre indica, nos permite acceder a una línea de crédito.

2- En segundo lugar, las tarjetas de crédito nos dan la posibilidad de pagar a plazos o hacer compras sin necesidad de desembolsar el total del pago, ya que nos permite aplazar el cobro hasta el mes siguiente o incluso por más tiempo (en función del tipo de interés). En cambio, en las tarjetas de débito el importe total se carga directamente en la cuenta del titular y se descuenta directamente del saldo.

3- Por último, las tarjetas de crédito suelen implicar comisiones e intereses sobre el importe prestado que se aplican al fraccionar los pagos o retirar el dinero. Por su parte, las tarjetas de débito no tienen intereses y en la gran mayoría de los casos no suelen comportar el pago de comisiones por apertura, mantenimiento o cancelación.

Tras las navidades, es muy habitual utilizar las tarjetas de crédito para aplazar alguno de los gastos realizados durante las vacaciones. No obstante, es importante que conozcamos las implicaciones que conlleva utilizar este método de pago para que no nos encontremos con una desagradable sorpresa al mes siguiente.

En caso de que su uso no te transmita demasiada confianza, lo mejor es que optes por solicitar una tarjeta de débito y si en un momento dado necesites una inyección de liquidez, solicites un crédito rápido online como los que ofrece Creditea. Nuestra línea de crédito te permite acceder a un préstamo de hasta 5000 euros de forma inmediata, segura y completamente online, que podrás devolver en cómodos plazos y en un periodo de hasta 36 meses. Además, puedes elegir las cuotas que más se adapten a tu situación personal y seleccionar el día del mes en el que quieras que te pasemos el cargo. ¡Confía en Creditea y olvídate de la temida cuesta de enero






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