El papel higiénico es uno de los productos básicos en el baño de cualquier hogar, y aunque lo podemos encontrar en muchos formatos, el rollo tradicional es de color blanco. Pero, ¿cuál es el motivo?
Tal y como recoge RTVE.es en un reportaje, el origen del papel higiénico está en China, hasta que en 1857, el estadounidense Joseph Gayetty inventó el papel higiénico que utilizamos hoy en día.
Pedro Gargantilla explica en el programa Ciencia por un tubo que el proceso de fabricación en bruto "comienza en una pulpa de celulosa, igual que en cualquier otro tipo de papel procedente de la madera de los árboles, principalmente pinos y eucaliptos".
"A continuación, las marcas comerciales blanquean la pulpa de madera con peróxido de hidrógeno o con cloro para hacerla más blanca y más estética", explica Gargantilla.
En el segundo proceso, la conversión en el producto final, se elimina la lignina, "un polímero de madera que actúa a modo de pegamento y que da rigidez a los árboles y que habitualmente es de color marrón feo", dice el doctor.
La suspensión de este polímero produce un blanqueamiento del papel, "además aumenta la suavidad de la textura y prolonga su vida media", agrega Pedro Gargantilla.
En cuanto a las pequeñas arrugas del papel, se llaman crepada y sirve "para incrementar la superficie específica del papel y abrir las fibras", con el fin de conseguir una mayor capacidad de absorción y flexibilidad en comparación con otros papeles.
Pero aunque desde hace mucho se puede colorear el papel higiénico, ¿por qué sigue predominando el blanco? El motivo es sencillo: "El papel higiénico de color blanco es mucho más barato que si fuese de color", dice Pedro Gargantilla, que añade que la percepción de limpieza es muy superior a cualquier otro tono.
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