domingo, 28 de abril de 2024

El poderoso influjo de Begoña: Pedro Sánchez y España entera, a expensas de la 'primera dama' Historia de Sara Tejada


El poderoso influjo de Begoña: Pedro Sánchez y España entera, a expensas de la 'primera dama'"Está muy tocado", admitió Zapatero, quien confirmó que el miércoles Pedro Sánchez llegó al Congreso sin apenas dormir. Cuando el martes le vimos en la entrega del Premio Cervantes en Alcalá de Henares, junto a los reyes, el ministro de Cultura y la presidenta de la Comunidad de Madrid, el líder del Ejecutivo estaba menos dolido, al menos en apariencia, pero hizo cosas tan raras como estar junto al Monarca y la Reina con las manos metidas en los bolsillos. Después llegaron las informaciones sobre su mujer y la carta. Entonces se aisló y apenas mantiene las comunicaciones estrictamente imprescindibles.

El filósofo Daniel Innerarity, que visitó al presidente en Moncloa, asegura que se encontró a un hombre "vulnerable y abatido" por las informaciones sobre su mujer. Pero quizás sea ella, la supuesta víctima del este presunto acoso, quien pueda reconducir la situación.

María Begoña Gómez Fernández (Bilbao, 1975), esposa del presidente del gobierno, es la persona que decide qué sera de Pedro Sánchez Pérez-Castejón en el futuro.

Solo ella, vasca de nacimiento pero con raíces castellanas, sabe a 24 horas de que se comunique la decisión shakespiriana que mantiene en vilo a todos los ministros, que no conocen su futuro inmediato, ya que dependen de si Pedro Sánchez se va o se queda o se saca de la manga una tercera vía en forma de sorpresa, más allá de la cacareada moción de confianza que algunos analistas no descartan.

En su último libro, Tierra Firme, publicado en diciembre, Sánchez dice que "las parejas de los políticos" se vuelven "muy vulnerables" por los ataques que reciben para desgastarles. "La vida de la pareja de un político es muy difícil porque al final acaban expuestos, en el caso de Begoña expuesta, a una crítica política, porque tiene una finalidad política, que es erosionar a su pareja, en este caso a mí. Y Begoña no tiene las herramientas de la política para defenderse, salir a un atril y decir, pues estoy de acuerdo con esto, con lo de más allá. Entonces hay una asimetría que hace muy vulnerables a las parejas de los políticos. Hay que armarse de mucha paciencia, hay que tener una coraza y sobre todo mucha complicidad en la relación personal que es la que yo tengo con Begoña, que es mi compañera".

En el PP en concreto y en general en buena parte del país, las opiniones basculan entre el farol estratégico de Sánchez, la salida del Gobierno por razones ocultas, usando como excusa la coartada del asunto de su mujer o directamente creerse el ataque de amor de la persona, padre o marido que habita en La Moncloa junto a su mujer y sus hijas. De momento, el rey del drama, como tituló el viernes The Economist, ya ha quemado buena parte de su reputación internacional.

Frente al supuesto hartazgo de Pedro Sánchez por lo que él considera acoso y derribo de su familia, están además hechos evidentes como el febril calendario electoral, la presión indepe, la incapacidad para legislar con la actual aritmética parlamentaria y la ofensiva de la oposición. Porque, objetivamente y en lo que se refiere al recorrido en los tribunales, si tenemos en cuenta lo ocurrido hasta ahora no constituye una seria amenaza judicial contra Begoña Gómez.

La historia reciente nos recuerda, sin embargo, que Pedro Sánchez no tiene la prueba final y sí unas maneras de actuar complicadas, con una personalidad poco lineal, con cambios de opinión colosales (hay quien los considera mentiras).

Estadista imprevisible como pocos, ha cumplido seis años al frente del Gobierno y ha convertido al PSOE en un patio de butacas cuya función principal, como hemos visto estos días de reflexión, es aplaudirle y suplicarle que se quede.

Pero a pesar de este patético espectáculo, importantes líderes de Ferraz, asiduos a Moncloa, se temen una marcha definitiva de su líder. A la espera de que este domingo deje de cantarnos el mítico Should I Stay or Should I Go de The Clash y España asiste estupefacta a la insólita crisis política e institucional orquestada por nuestro originalísimo presidente.

Las pringosas pero respetables exhibiciones de apoyo que avergüenzan a muchos, emocionan a otros y desesperar a algunos no son garantía de nada. Si Begoña Gómez no se baja del carro, Sánchez decidirá que se ha acabado su presidencia.

Esta inconvencible situación del presidente más creativo de la historia de España supera con creces sorpresas del calibre del adelanto electoral del 23 de julio, tras la debacle socialista en las autonómicas de mayo.

Pero si como dice en su famosísima carta del pasado miércoles, Pedro Sánchez se mueve por razones amorosas, sentimentales o emocionales más que como estrategia política, puede que un cambio de estado de ánimo suponga un cambio de rumbo y del "Soy un hombre profundamente enamorado" pasemos al "Soy un hombre profundamente enamorado de mi país", y tengamos presi para otra temporada.

Resulta inverosímil que todo haya estallado por la supuesta campaña de acoso contra la polémica actividad profesional de su esposa, quien, por poner un solo ejemplo, fue designada para llevar una cátedra en la Universidad Complutense sin tener una licenciatura. Una cátedra patrocinada con 120.000 euros por La Caixa y Reale Seguros. Y esto es al margen de los asuntos por los que el famoso juez Peinado ha abierto las diligencias que han provocado este tsunami político sin precedentes.

Ferraz asume con un consenso homogéneo que la huida de Pedro Sánchez tendría para el PSOE en concreto y para toda la coalición que sostiene al presidente un efecto devastador a corto y medio plazo.

Pero es que si se queda después del número que ha organizado su imagen será "una caricatura" y su imagen anterior será "difícil de recuperar", sostiene una mujer que formó parte de uno de los anteriores ejecutivos de Sánchez.

Begoña Gómez es para esta antigua dirigente socialista la única persona que puede "minimizar lo daños" de una "acción que se nos ha ido de las manos", nos dice.

No olvidemos que fue Begoña quien animó a su marido a presentarse otra vez tras el desastre del 1 de octubre de 2016, cuando el propio aparato del viejo partido creyó haber destruido sus posibilidades de liderazgo.


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