Un informe monográfico sobre el acoso sexual en las empresas, de Igualdad y CC OO, encuesta a más de un millar de mujeres para analizar los patrones, las dificultades para denunciar y buscar soluciones
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha explicado que el informe se ha presentado en fechas previas al 1 de Mayo, día internacional de los trabajadores, “para visibilizar un problema que nos seguimos encontrando: el acoso sexual y acoso por razón de género”. La delegada recuerda que estas actitudes “atentan contra la dignidad, la salud y los derechos de las mujeres”.
El trabajo incide en que existe un elevado porcentaje de infradenuncia, como ocurre con muchos de los delitos cometidos contra las mujeres por el hecho de serlo. Pasa en los casos de violencia en el seno de la pareja —cerca del 80% de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas no habían denunciado previamente a sus agresores— o en las agresiones sexuales: Menos del 10% de las víctimas de agresiones sexuales denuncian a su atacante. En el ámbito del acoso sexual o por razón de sexo en el trabajo, el 72% de las 1.119 trabajadoras que han presentado su testimonio directo no lo pusieron en conocimiento de su empresa. De ellas, el 62% no lo hicieron por temor a sufrir represalias, vergüenza, o miedo al señalamiento y comentarios despectivos de los compañeros o a perder su empleo. “Una de las primeras acciones a abordar es que las mujeres tienen que ser escuchadas y creídas”, ha pedido Elena Blasco, secretaria de Mujeres e Igualdad de CC OO. Blasco incide en que el mensaje que hay que transmitir a estas mujeres es: “Estamos aquí, te escuchamos, te creemos y vamos a intentar ayudar”.
Los tipos de acoso más habituales, según el trabajo, son chistes de carácter sexista (83,1%), piropos y comentarios sexuales (75%), gestos o miradas insinuantes (73%), y contacto físico (67%). Estas actuaciones las realizan principalmente superiores jerárquicos (47%), personas de la misma categoría laboral (32%) y otras personas (9%) entre las que se señalan familiares y amistades del jefe (2%) y clientes (2%). No existe un perfil claro de las víctimas pero sí situaciones que aumentan el riesgo. Por ejemplo, si las mujeres son jóvenes, si no tienen pareja estable, si trabajan en entornos muy masculinizados o en los que predomina una cultura de grupo marcadamente sexista, si están en situaciones laborales, sociales y económicas especialmente precarias, informales o inestables o si son migrantes.
Las entrevistadas, de entre 16 y 74 años, “quieren soluciones para que el acoso se extinga de sus empresas o de sus vidas”, ha señalado la técnica de Comisiones responsable del trabajo, Raquel Gómez Merallo, que añade que para las encuestadas “la formación es clave”. “Tendríamos que establecer un sistema de sensibilización para que se entienda que ellas no son culpables de lo que les está sucediendo”, ha añadido.
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