Yo no sé si es el peor o el mejor momento para buscar el mejor bar del planeta en este presente un poco taciturno, pero qué narices: hay que celebrar hasta el final. Son momentos tremendamente complicados para la hostelería; la sangría de los cierres que no cesa, toques de queda, el confinamiento en ciernes y el bar como emblema de todo lo que está prohibido: un lugar cerrado, oscuro, poca ventilación y menos ganas de distancia, porque a una coctelería uno va a estar cerquita. Del cóctel, de la barra, de tu acompañante y de tantas noches inolvidables. En fin, que yo no sé cómo narices podrá reinventarse el bar pero aquí están The World’s 50 Best Bars puntuales como el maitre anglosajón de un hotel berlinés.
Barcelona es la ciudad de España donde mejor se bebe porque ahí está Paradiso de Giacomo Giannotti (los propietarios son Lito Baldovinos y Enric Rebordosa) liderando la brigada castiza desde ese speakeasy particularísimo en pleno Borne al que se accede a través de la puerta frigorífica de un Pastrami Bar. Paradiso es una fiesta y algún día habrá tendremos que seguir con la party justo donde la dejamos, ¿no? Salmón Gurú de Diego Cabrera en el 22 y Two Schmucks de Moe Aljaf y A.J. White se va al 26, luciendo actitud y vibra desde el corazón del Raval. Bravo por todos.
El bar del hotel Connaught en Mayfair es la nueva mejor coctelería del planeta y yo me alegro, porque representa como ninguno todos esos valores que amamos de la mixología: civismo, elegancia, discreción y hedonismo en el mejor sentido de la palabra. Ese trago especial, ese momento que es tuyo porque sí, frente a un Old Fashioned y con toda la flema británica bien entendida, nos pirra el local diseñado por David Collins y la artillería el italiano Agostino Perrone tras la barra. Dante en Nueva York es el segundo y The Clumsies en Grecia el tercero.
En cuanto a tendencias, parece que la cosa pasa por la deslocalización de las grandes urbes financieras (Londres, Berlín, Nueva York, Singapur o Tokio) y dar espacio a escenarios menos cosmopolitas, menos carne de ‘Monocle’. Para empezar, la elección de Tato Giovannoni (propietario de Florería Atlántico en Buenos Aires) como Bartenders’ Bartenderm del 2020 y la presencia cada vez más habitual, despacito y con buena letra, de pequeñas coctelerías ‘under the radar’.
Quién sabe qué pasará este año… quién sabe cómo será el mundo que vendrá, ¿verdad?
Lo que está claro es que, pase lo que pase, seguiremos pegaditos a una copa y gritaremos muy alto aquella genialidad de Nati Abascal: “porque yo quiero a todo el mundo, te quiero a ti, a ti, a esa. Yo quiero a todo el mundo, porque soy muy humana”.
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