lunes, 28 de diciembre de 2020

¿Por qué suceden las cosas?


 «¿Qué determina que uno nazca con determinadas cualidades y que le falten otras, que nazca en una familia o en otra? Seguramente te has preguntado: ¿Por qué los talentos están repartidos en formas tan distintas?, ¿Por qué justo ahora?, ¿Por qué a mí?».

Tal vez hemos llegado a pensar que las circunstancias en las que nos encontramos son fruto de la casualidad, el «destino» o de una voluntad ajena a nosotros, pero que finalmente, escapa de nuestro control. Pensando así, nos limitamos a soportar la vida creyendo que es injusta o que por el contrario «todo es cuestión de suerte». Así, si sucede algo, bueno o malo, no lo relacionamos con nuestras propias decisiones, pensamientos o sentimientos.

¿Por qué pasan las cosas?

Antiguas y sabias culturas de Oriente y Occidente enseñaban que la casualidad no existe y que por el contrario, todo lo que sucede está regido por una Ley inmutable, una Ley de Acción y Reacción o de Causa y Efecto, conocida en India como «Karma». Es esta una ley de justicia universal, por la cual cada acto en pensamiento, sentimiento u obra, tiene un efecto para su ejecutor, con la misma intensidad e intención con la que fue creada.

La palabra «Karma» significa tanto acción como reacción porque ambas van íntimamente unidas. Las reacciones son los efectos lógicos unidos inevitablemente a nuestros actos.

¿Cómo actúa el karma?

Podemos entenderla mejor al verla actuar en el plano físico: Cuando se siembran semillas de tomates, se esperan, al cabo de unos meses, frutos de tomate; cuando se siembran semillas de maíz, se espera recoger mazorcas de maíz. «Lo que se siembra, se cosecha». Esto que vemos y aceptamos como ley en el mundo físico, se manifiesta también en dimensiones más sutiles, como la mental, psicológica y espiritual. La vida tiene definitivamente leyes invisibles y certeras. Karma es una de ellas.

En la Física se sabe que a toda fuerza se le opone una reacción de igual fuerza y sentido contrario. Cuando doblamos una rama inconscientemente ésta nos golpea con la misma intensidad con la que la doblamos. Así, por ejemplo, cuando se exterminan los bosques y las diversas especies y se altera la atmósfera con la contaminación, el cambio climático es un efecto inevitable. Además, este cambio en el clima provocará inundaciones, tormentas impetuosas, olas de calor y frío desmedidos, pues es ley que todo efecto es a su vez una nueva situación creada, un nueva acción que nos lleva a nuevos efectos secundarios.

¿Por qué pasan las cosas?

Antiguas y sabias culturas de Oriente y Occidente enseñaban que la casualidad no existe y que por el contrario, todo lo que sucede está regido por una Ley inmutable, una Ley de Acción y Reacción o de Causa y Efecto, conocida en India como «Karma». Es esta una ley de justicia universal, por la cual cada acto en pensamiento, sentimiento u obra, tiene un efecto para su ejecutor, con la misma intensidad e intención con la que fue creada.

La palabra «Karma» significa tanto acción como reacción porque ambas van íntimamente unidas. Las reacciones son los efectos lógicos unidos inevitablemente a nuestros actos.

¿Cómo actúa el karma?

Podemos entenderla mejor al verla actuar en el plano físico: Cuando se siembran semillas de tomates, se esperan, al cabo de unos meses, frutos de tomate; cuando se siembran semillas de maíz, se espera recoger mazorcas de maíz. «Lo que se siembra, se cosecha». Esto que vemos y aceptamos como ley en el mundo físico, se manifiesta también en dimensiones más sutiles, como la mental, psicológica y espiritual. La vida tiene definitivamente leyes invisibles y certeras. Karma es una de ellas.

En la Física se sabe que a toda fuerza se le opone una reacción de igual fuerza y sentido contrario. Cuando doblamos una rama inconscientemente ésta nos golpea con la misma intensidad con la que la doblamos. Así, por ejemplo, cuando se exterminan los bosques y las diversas especies y se altera la atmósfera con la contaminación, el cambio climático es un efecto inevitable. Además, este cambio en el clima provocará inundaciones, tormentas impetuosas, olas de calor y frío desmedidos, pues es ley que todo efecto es a su vez una nueva situación creada, un nueva acción que nos lleva a nuevos efectos secundarios.

«Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la Ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley» (Kybalion – sabiduría egipcia)

«Todo hombre recoge las consecuencias de sus propias acciones». Los Puranas (textos de sabiduría hindú muy antigua)

«No peques más, no fuese a sucederte cosa peor» Jesucristo.

«Trabajad en vuestra propia salvación. Lo que un hombre siembre, aquello recogerá». San Pablo.

¿Por qué nos suceden las cosas? Busquemos las causas en nuestro interior y acerquémonos a la sabiduría. La Escuela de Filosofía de Nueva Acrópolis te invita a profundizar en este y otros importantes conocimientos en el Curso «Filosofía para la Vida». Visita acropolis.org.sv/filosofiaparalavida conoce los inicios de curso para octubre.Internet




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