martes, 21 de mayo de 2019

En el altar y frente a todos sus invitados esta novia descubrió las infélidades prometido

De nuevo Marie Claire Australia nos ha vuelto a nutrir de una noticia, increíble, pero cierta. El uno de los días más importantes de tu vida es el día de tu boda: unes tu destino a l de otra persona y declaras tu amor por ella a los cuatro vientos... O a lo mejor lo que gritas a pleno plumón es que te han puesto los cuernos y tienes las pruebas gráficas de delito
Las relaciones sentimentales han cambiado enormemente desde que las redes sociales llegaron a nuestras vidas y, si pasamos gran parte de nuestro día pegados a una pantalla, también lo pasamos creando, en cierto modo, una vida virtual, paralela a la física en la que todo lo que decimos se queda grabado.
Fue gracias a las redes sociales que una novia australiana -de la cual no conocemos la identidad- descubrió que su prometido le había sido infiel desde hacía mucho tiempo y relató su historia en la web Whimn (with her in mind). La noche antes de la boda, con todo montado, el vestido de novia de sus sueños colgando en la percha, los invitados desplazados hasta el enclave de la ceremonia y los votos escritos; la novia recibió un mensaje que decía: "Yo no me casaría con él, ¿lo harías tú?".
A continuación la novia comenzó a recibir mensajes de su pareja a otra mujer en los que decía cosas como "ojalá mi novia tuviera tus habilidades" o "nunca antes había vivido una conexión así". Claro, imagina descubrir tremendo pastel a aunas horas de la boda. Esta novia australiana, presa del bienquedismo decidió no anular la boda y responder ante el engaño de su prometido como toda una diosa (emoticono de TOP para ella).
El "Yo objeto" que decía Shrek habría sido una buena opción para darle dramatismo al momento, sin embargo aquí no había nadie más capaz de sacar toda la verdad a la luz que la novia anónima australiana, así que no, lamentablemente eso no fue lo que ocurrió. 
Según relató a Whimn, esta novia se puso su vestido, sus tacones, fue a la peluquería y llegó al pasillo, caminó por él, llegó al altar y... Dijo con voz firme (todo lo firme que podría estar después de descubrir que todos sus sueños se habían roto y que su prometido era un cerdo): "Parece que Alex no es quien yo ceía que era". A continuación, la novia más valiente de Australia comenzó a leer uo por uno todos los mensajes que su prometido le había escrito a esa mujer desconocida con la que había estado manteniendo un romance en alto y para que todos los asistentes a la boda los escucharan.
El momento hollywoodiense es indiscutible, no podemos dejar de imaginarnos la escena. Según contaba la novia, nadie parecía saber de la doble vida del novio y hasta los padres de él -no los de la película, los de verdad- comenzaron a mirar a su hijo con desaprobación. 
Aunque lo comentemos con humor, el difícil trago de la novia detallaba cada momento de sufrimiento. Durante su relato, destacó que, al mirar al que había sido su novio durante tantos años, vio cómo poco a poco palidecía dejando claro que no era un rumor. "Dejé que mis ojos llenos de lágrimas levantaran la vista y se encontraran los suyos... No tenía nada que decir". 
Después de tanto drama, el novio salió de la iglesia con su padrino detrás...
Pero si creías que esta novia, a la cual admiramos profundamente, se quedó sola en el altar llorando por su pérdida, te equivocas, porque la lección de vida viene ahora. ¿Qué iba a pasar con el banquete y la fiesta que habían contratado y pagado con todos sus ahorros? ¡Pues disfrutarlos! Claro que sí. 
La novia y sus amigas se quitaron los tacones y se fueron a disfrutar de la fiesta y celebrar del matrimonio infeliz del que se había librado la novia anónima australiana.
Engaño en la boda

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