lunes, 13 de marzo de 2023

Hamburguesas: cómo hacemos el análisis

 

16 hamburguesas en el laboratorio

Analizamos hamburguesas frescas compradas en el supermercado para cocinar en casa. Llevamos al laboratorio 7 bandejas de hamburguesas pequeñas (entre 80 y 100 g cada pieza) y 9 bandejas de hamburguesas más grandes (entre 115 y 200 g cada unidad). El análisis del etiquetado, la calidad de la carne y otros ingredientes, la higiene y una degustación realizada por un panel de expertos determinan la calificación global.

Analizamos el etiquetado

Revisamos los etiquetados de los 16 productos analizados y verificamos si aparece toda la información obligatoria, según establece el Reglamento 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor:

  • Denominación de venta. Este tipo de productos se denominan preparados de carne de vacuno; y los que llevan sulfitos, Burger meat de vacuno.
  • Indicación del % de carne de vacuno
  • Otros datos obligatorios: cantidad neta, fecha de caducidad, lista de ingredientes, datos del fabricante, indicación de que se conserve a temperaturas de refrigeración.

En OCU valoramos de forma positiva que aparezcan otras informaciones no obligatorias, pero interesantes para el consumidor:

  • “Relación colágeno/proteína inferior a…”: una carne con abundante colágeno significa que se trata de una carne con muchos tendones.
  • Información nutricional frontal, tipo Nutriscore.
  • Indicación de "cocinar antes de consumir". Estos productos no pueden tomarse crudos para hacer un steak tartar, por ejemplo.
  • Por último, una forma de contactar con el fabricante. Y que el etiquetado sea legible.

Analizamos los ingredientes y aditivos

Las hamburguesas industriales llevan una buena cantidad de ingredientes, entre ellos:

  • Cereales y hortalizas: se emplean cebollas, soja, arroz o maíz entre otros. Las hamburguesas de la categoría Burger meat deben llevar un mínimo del 4% de estos ingredientes.
  • Especias (la pimienta es una de las más usadas), azúcares en forma de dextrosa (glucosa) o lactosa. Y sal.
  • Todas las hamburguesas analizadas llevan aditivos. Los más utilizados son almidón/dextrina (espesantes y aglutinantes), citratos, lactatos, ascorbato (antioxidantes), sulfitos, acetatos (conservantes), aromas y colorantes.

Los sulfitos (E-221 Sulfito sódico y E-224 Metabisulfito potásico) solo pueden estar presentes en los productos denominados Burger meat.

Analizamos la carne

  • Calculamos el % de carne empleada, ya que ninguna es 100% carne.
  • Valoramos la calidad de la carne según 3 criterios: el contenido en colágeno, el contenido en calcio y la presencia de carne de otras especies (cerdo, caballo, pollo, pavo).

Más criterios de análisis

  • Realizamos una valoración nutricional, tipo Nutriscore, de las proteínas, grasas, hidratos de carbono y sal.
  • Calculamos las calorías que aportan por cada 100 g.
  • Revisamos la calidad higiénica de la manipulación y conservación de las hamburguesas a través del control de Aerobios mesófilos, E.coli, Enterobacterias, Staphilococus aureus y Salmonella.
  • Y por último, un panel de expertos ha valorado las hamburguesas en crudo y cocinadas. Su valoración tiene mucho peso en la calificación global de los productos.

Grandes diferencias de calidad

Entre las hamburguesas de tamaño grande, cuatro productos destacan por su buena calidad: una de ellas es la Mejor del Análisis y otra la que ofrece la mejor relación calidad/precio. Otros cinco productos tienen calidad media y uno más no llega al aceptable por presentar problemas de higiene.

Sin embargo, las hamburguesas pequeñas son todas de calidad media. En este grupo, es el precio el que marca las diferencias.

Consulta los resultados en detalle en nuestro comparador de hamburguesas.






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