lunes, 7 de marzo de 2022

Rusia condena el envío de armas a Ucrania por parte de Occidente

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, explicó que estaba esperando la respuesta de Washington y la OTAN a las «garantías de seguridad» planteadas por su país para lograr una distensión que calme el actual enfrentamiento

La 'rasputitsa', el aliado de Ucrania que podría frenar los planes de Rusia


  • 18:07
    El Kremlin reiteró ayer que el responsable de las actuales tensiones en torno a Ucrania, no es Rusia, sino Occidente por utilizar una supuesta amenaza «artificial» inexistente para justificar el envío de armas a Ucrania. Ayer, precisamente, Moscú recibió la respuesta escrita a las «garantías de seguridad» que exige para calmar la situación de tensión con Occidente mientras en París se reunían representantes del Grupo de

    Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) para retomar las negociaciones que hagan posible la aplicación de los Acuerdos de Minsk de 2015 y el final dePero, pocas horas después, hacía acto de presencia en el Ministerio de Exteriores ruso el embajador estadounidense en Moscú, John Sullivan, para entregar por escrito, como le exigió Lavrov el pasado viernes en Ginebra a su homólogo norteamericano, Antony Blinken, la contestación al paquete de exigencias

    En una comparecencia ante los diputados de la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso), el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, explicó que estaba esperando la respuesta de Washington y la OTAN a las «garantías de seguridad» planteadas por su país para lograr una distensión que calme el actual enfrentamiento.

    Advirtió que «si no hay una respuesta constructiva y Occidente continúa su línea agresiva, entonces Moscú, como ha declarado repetidamente el presidente Vladimir Putin, tomará las medidas de represalia necesarias».

    Pero, pocas horas después, hacía acto de presencia en el Ministerio de Exteriores ruso el embajador estadounidense en Moscú, John Sullivan, para entregar por escrito, como le exigió Lavrov el pasado viernes en Ginebra a su homólogo norteamericano, Antony Blinken, la contestación al paquete de exigencias rusas en materia de seguridad. Blinken prometió que Rusia lo tendría esta misma semana.

    En esencia, el Kremlin no quiere más ampliaciones de la OTAN, menos aún que Ucrania pertenezca a ella, reducción de la presencia de la Alianza en el este de Europa y una renuncia expresa a instalar bases militares en antiguas repúblicas soviéticas. Ahora Lavrov y Blinken tendrán que volver a reunirse «en los próximos días», afirmó ayer este último.

    «Una vía diplomática seria»

    Según el secretario de Estado norteamericano, la respuesta a Moscú supone «una vía diplomática seria, si Rusia lo acepta». Pero rechazó la exigencia rusa de que Ucrania no se integres en la OTAN. De acuerdo con sus palabras, «hemos dejado claro que hay principios básicos que estamos determinados a mantener y defender, incluida la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, y el derecho de los Estados a elegir sus alianzas y disposiciones de seguridad».

    Los dirigentes rusos ayer se centraron en el peligro que, según ellos, supone la ayuda de Occidente al rearme de Ucrania en la actual situación. Ante una presunta «amenaza fantasma y artificial que supuestamente emana de Rusia, los países occidentales siguen inundando Ucrania de armas, proporcionando asesores militares y, en general, consintiendo a Ucrania cometer provocaciones en lugar de hacerles cumplir los acuerdos de Minsk, aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU», manifestó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. A su juicio, todo ello propiciará que «en el este de Ucrania sigan muriendo niños, mujeres y ancianos».

    Lavrov aseguró en la Duma que «Washington está empujando a Kiev a provocar directamente a Rusia». «Basta observar cómo EEUU realiza maniobras militares cada vez más provocativas cerca de nuestras fronteras, atrae al régimen de Kiev a la órbita de la OTAN y le suministra armas letales», añadió.

    El canciller ruso recordó que el lunes la OTAN informó del fortalecimiento de su dispositivo militar en el flanco este de Europa. «En mi opinión, el secretario general de la Alianza Jens Stoltenberg, ha perdido el contacto con la realidad». Tal despliegue fue ya denunciado por Peskov, quien aseguró que no hace sino «exacerbar» las tensiones. El portavoz del Kremlin calificó de «muy elevado» el riesgo de un ataque de Kiev contra los separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk y aseguró que «las autoridades ucranianas están concentrando un número considerable de fuerzas y medios bélicos en la frontera».

    Por su parte, la presidenta del Consejo de la Federación (Senado ruso), Valentina Matviyenko, está convencida de que «Ucrania se propone recuperar por la fuerza las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk» y cree que tales planes están inspirados por Occidente. En esta situación, el vicepresidente de la Cámara Alta rusa, Andréi Turchak, propone «apoyar a Donetsk y Lugansk con el envío de ciertos tipos de armas a fin de aumentar su capacidad defensiva ante una posible agresión de Kiev».

    Por otro lado, Peskov se volvió a referir ayer a las amenazas del presidente norteamericano, Joe Biden, de aplicar sanciones directamente a Putin, si Moscú lanza un ataque contra Ucrania. «Desde el punto de vista político, no es doloroso, es destructivo», afirmó el portavoz presidencial, que ya antes había advertido que tal medida supondría la total ruptura de relaciones entre EE.UU. y Rusia.

    En París, mientras tanto, seguían negociando los emisarios de los cuatro países del Grupo de Normandía, Jens Plötner (Alemania), Emmanuel Bonne (Francia), Dmitri Kozak (Rusia) y Andriy Yermak (Ucrania) con la intención de allanar el camino para un compromiso por parte de Moscú que permita la aplicación de los acuerdos de Minsk de una manera más aceptable para Kiev. Es decir, sin quedar completamente en manos de los caprichos de los separatistas de Donetsk y Lugansk.

    La última reunión del Grupo de Normandía, que fue en realidad una cumbre al más alto nivel, tuvo lugar en Paría diciembre de 2019. Participaron los líderes de los países del cuarteto, Angela Merkel, Emmanuel Macron, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, y el resultado fue un modesto intercambio de prisioneros. A partir de ese momento, Putin se mostró reacio a repetir un encuentro en el mismo formato, algo que Macron espera conseguir de nuevo. Esta vez en Berlín. Para ello, el presidente francés tiene previsto hablar por teléfono con su colega ruso el viernes. Con el propósito de ir preparando el terreno, el ministro de Exteriores de francés, Jean-Yves Le Drian, y su homóloga alemana, Annalena Baerbock, viajarán a Kiev en fecha próxima. rusas en materia de seguridad. Blinken prometió que Rusia lo tendría esta misma semana.

    En esencia, el Kremlin no quiere más ampliaciones de la OTAN, menos aún que Ucrania pertenezca a ella, reducción de la presencia de la Alianza en el este de Europa y una renuncia expresa a instalar bases militares en antiguas repúblicas soviéticas. Ahora Lavrov y Blinken tendrán que volver a reunirse «en los próximos días», afirmó ayer este último.l conflicto en las regiones rebeldes del este de Ucrania.


    En una comparecencia ante los diputados de la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso), el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, explicó que estaba esperando la respuesta de Washington y la OTAN a las «garantías de seguridad» planteadas por su país para lograr una distensión que calme el actual enfrentamiento.

    Advirtió que «si no hay una respuesta constructiva y Occidente continúa su línea agresiva, entonces Moscú, como ha declarado repetidamente el presidente Vladimir Putin, tomará las medidas de represalia necesarias».







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