domingo, 1 de abril de 2018

El amor más puro


El amor más puro que jamás un corazón haya albergado en su interior ardiente a través de cada vena, palpitante, llevaba la oleada de la vida.
Su llegada era mi esperanza cotidiana, su partida era para mi el dolor, el azar que demorase sus pisadas se convertían hielo en cada vena. Soñé que sería el extasis supremo ser amado, tal como yo amaba luché por conseguir este objetivo con gran obsesión y entusiasmo. Pero era ancho el espacio, infranqueable que se interponía en nuestras vidas, y peligroso como los torbellinos de espuma de olas del océano verde. Y embrujado cual camino de bandidos a través del páramo o el bosque, se alzaban el poder, la razón, la pena y la ira. Reté a los peligros, desprecié los obstáculos, desafié a todos los malos augurios. Pasé impetuoso, sin vacilar entre amenazas, tropiezos y advertencias. Siguió mi arcoiris rápido como la luz, yo volé en un sueño, porque ante mi se irgió glorioso el hijo de la lluvia y el rallo.
Entre nubes de dolor sombrío aún brilla el júbilo suave y solemne, no me importa, en esta hora sublime, que todas las cosas que he pasado acudan el tropel, fuertes y saudazes, en busca de una venganza cruel. Ni que me fulmine el odio altivo, ni que la razón me aisle de los demás ni que el poder demoledor, airado, me juré enemistad por la eternidad.
Mi amada ha puesto su pequeña mano, llena de noble fé en la mía, ha prometido que se unirán nuestros seres con el sagrado anillo del matrimonio.
Mi amada ha jurado con un beso vivir por siempre, y no morir, conmigo, he alcanzado el extasis supremo tal como amó así yo soy amado.
Escritora Jane Eyre.






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