miércoles, 4 de abril de 2018

Belleza

Sólo en algunos insonios  me acmpañan los grillos, cuya monotonía  coral me los confirma como percuseres del  cantos gregorianos. ?No estarás celoso de los grillos,verdad.? Teaclaro que su pequeñez los hace mibisibles, así que ni siquiera sé si son guapos (como grillos,claro). Supongo que también entre ellos habrá cánones de belleza, habrá grillos equivaletes a Rober Redford y otros feos como Peter Lorre.
Lo cierto es que, dormida o despierta, e estado balance de mí misma. No te voy a contar, por ahora, cuál es el saldo. Para hacerlo, tengo que decírtelo en la cama, desnudo vos y desnuda yo, despue de fornicar como dios manda,mirándote a los ojos para que esos ojos tuyos me vayan comunicando tu respuesta o al menos tu comentario. Todavía creo (te lo dije hace mucho, cuando ya vivíamos juntos pero no habíamos cometido el pecado venial de casarnos) que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas.Las  palabras, consciente o inconscientemente, a menudo mienten, pero los ojos nunca dejan de ser veraces.Si alguna vez he prometido mentir a alguien con la mirda, los párpados se me caen, bajan espontáneamente su cortina protectora, y haí se quedan hasta que yo y mis ojos recuperamos lo obligación de la verdad. Con las palabras todo es más complejo, los ojos suelen desmentir a la boca. Retomando de nuevo el hilo conductor, te diré que la soledad es como un tónico.
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