viernes, 27 de marzo de 2020

tiendes a desconfiar

Perdonar viene del latín «per-donare», que significa «regalar totalmente». Y eso es precisamente lo que esconde: un obsequio hacia los demás, pero sobre todo hacia nosotros. Descubre en Pronto cómo trabajar el perdón y conseguir el equilibrio.

Cuando alguien nos hace daño, parece muy difícil perdonarle y aún más olvidar la ofensa, pero es un paso necesario para estar bien con nosotros mismos. No todos tenemos la misma capacidad para perdonar, aunque es algo que se puede aprender y, cuando se logra, aporta numerosos beneficios a nuestra vida. 

Esto no significa que justifiques lo que te hirió o que sigas viendo a esa persona, sino que, en este momento, tomas la decisión de que aquello no te va a seguir haciendo más daño, y lo dejas ir. Cuando preguntaron a Nelson Mandela cómo pudo perdonar a quienes lo mantuvieron 27 años en la cárcel, el líder pacifista confesó: «cuando atravesé la puerta hacia mi libertad, me di cuenta de que, si no dejaba atrás mi odio y mi amargura, seguiría en prisión».

Si te anclas en el rencor, tiendes a desconfiar de todo el mundo y esto te impedirá conocer a personas maravillosas que podrían regalarte grandes momentos. Además, mientras no seamos capaces de perdonar, el rencor y la ira tienen el control de nuestras emociones, y eso sólo nos perjudica a nosotros mismos. Tal vez no puedas cambiar a quién te hizo daño ni el duro momento que viviste, pero sí puedes decidir cómo ello te afecta. ¿Quieres vivir anclado en un pasado que te duele o prefieres pasar página y crear un futuro que te haga feliz? Revista PRONTO

Perdonar, un ejercicio liberador

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