lunes, 20 de febrero de 2023

El electromiograma ¿Sabes qué es? ¿Duele de verdad?

 Realmente un electromiograma es el resultado de una técnica -electromiografía (EMG)- que permitirá analizar el funcionamiento del sistema nervioso periférico de los pacientes confirmando la existencia y/o alcance de los posibles daños neurológicos y/o musculares. También se utiliza para medir la evolución en el tiempo de una lesión por comparación de resultados.

Tu médico especialista podrá solicitar a los neurólogos (o neurofisiólogos clínicos) un electromiograma cuando tenga sospechas de que sufres una neuropatía, una radiculopatía, una miopatía o tu dolor tiene como origen una distrofia muscular. Los síntomas más habituales de estas lesiones son el dolor, la pérdida de fuerza o sensibilidad, entumecimiento, calambres, adormecimiento…

El electromiograma puede realizarse en cualquier parte del cuerpo: en la mano (tunel carpiano), de miembros superiores o inferiores (brazos, piernas), zona lumbar (dolor de espalda…)

No es una prueba imprescindible para saber qué es lo que te ocurre: completará el diagnostico de tu médico especialista en dolor.

La prueba no suele superar los 30 minutos y su duración está determinada por el alcance del estudio. Bajo la supervisión de un neurólogo te colocarán unos sensores (electrodos) y irán pidiendo que hagas ciertos movimientos para registrar la actividad eléctrica de tus músculos. Posteriormente, con unas pequeñas descargas provocarán que se contraigan tus músculos lo que generará nueva actividad eléctrica. Un osciloscopio recopilará información que será la que posteriormente analice el neurólogo: la cantidad de fibras musculares que activan las descargas eléctricas, la intensidad de la reacción o el tiempo que tardan en reaccionar los músculos entre otras…

¿El electromiograma duele?

La prueba no suele producir grandes molestias: para la mayoría de los pacientes es más molesta que doloroso; podrás sentir el pinchazo de los electrodos (en algunas ocasiones son agujas muy finas) y/o los espasmos musculares provocados por las descargas eléctricas aplicadas para completar el estudio. El notable avance tecnológico en los equipos que registran la información permite que en ocasiones los sensores sean parches que el electromiografista colocará en tu piel.

No requiere ingreso hospitalario o ayuno previo. Tampoco es necesario que acudas al centro médico acompañada. Seguramente te pedirán que no realices ejercicio físico intenso unos días antes de realizar el estudio. Evita ponerte cremas o lociones en la zona en la que te realizarán el electromiograma.

Es normal que puedas estar un poco preocupada o incluso, sufras una cierta ansiedad antes de hacerte esta prueba sobre todo si has buscado información o has consultado si llega a doler en las redes sociales. Debes saber que cada año miles de pacientes se hacen electromiogramas y sus experiencias no son realmente como podrás llegar a leer en Internet.

La percepción de las molestias de la electromiografía está íntimamente relacionada con el umbral de dolor de cada persona y la experiencia y preparación del electromiografista: para la gran mayoría de pacientes es más molesta que dolorosa y solo en un número pequeño de casos supone una experiencia negativa.

El electromiograma no suele comportar ningún riesgo Las infecciones o las alergias a los componentes de los electrodos son muy infrecuentes.

Consulta a tu médico si estás tomando relajantes musculares, antiinflatorios, fármacos contra la epilepsia, antiagregantes o anticuagulantes: estos últimos aumentan la posibilidad de aparición de pequeños hematomas o incluso, el sangrado de las punciones de las agujas de los electrodos.



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