miércoles, 1 de diciembre de 2010

dimarts 30 de novembre de 2010

la vida como compromiso
En su libro morir es nada El periodista Pepe Rodriguez cuentaComo siendo joven sufrió un grabe accidente de trafico y su vehiculo saltó por un terraplén. No llebar abrochado el cinturón fue provicial para el. Salio despedido por la ventanilla, justo dio unas vueltas en el aire y cayo a tierra ileso, justo para ver como su abitáculo rodante se aplasto contra unas grandes rocas. Lo inaúdito del percance es que durante, el lapso en que su cuerpo volaba camino de un impacto terrible su mente parecia´tener otras príoridades. Ajeno al tiempo, disfrutó de una panorámica completa de su vida y sus relaciones. Actos conlos que enogullecerse o emocionarse otros menos gratos.Al reincorporarse al mundo ya no era lo mismo ciertas actitudes vitales se habían quedado en el desguace, acaso para siempre.Según esa experiencia no hace falta que el cuerpo sufra un gran daño o agonice para que el cerebro active al instante mecanismo para afrontar lo que pueda venir. La ciencia nos dice y tambien Pepe Rodriguz en su artículo de este número que eso nada tiene que ver con un posiblemás allá, pues sin cerebro no hay conciencia. Pero otras personas consirarán legítimo preguntarse si al extinguirse la percepcíon común puede aflorar una faceta desconocida de este universo, si de algún modo se descorre un telón en vez de siplemente apagarse el escenario.Las religiones anticípan los coflictos que puede plantear la muerte, de algún modo invitan a prepararse para esa cita sin ficha lo positivo de la muerte es que invita a elegir lo esencial y a vivir sin contraer deudas. Tanto si se trata de un punto y final como trasbordo, mejor llegar a el en paz y agradecido. Por suerte, la vida en este planeta depara más amor y maravillas de las que cabe desear.
sole

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