miércoles, 8 de enero de 2020

Marido y suefra

Ilustración: Alberto Vázquez

La suegra de Lili

Hace ya un tiempo, me explicaron la historia de Lili, una joven que se casó muy enamorada y se fue a vivir con su marido y su suegra. Resulta que sus personalidades eran muy diferentes y ambas mujeres no tardaron en enfrentarse cada dos por tres. Por este motivo, Lili fue a visitar a un hombre sabio amigo de su padre, el sr. Huang, en busca de consejo. Y éste le dijo:

 «Toma este manojo de hierbas y ponle unas cuantas cada dos días en la comida para ir envenenándola lentamente. Pero, para evitar que sospechen de ti, hasta que muera, procura ser amable con ella y ayudarla».
Pasaron las semanas y cumplió a rajatabla lo que le había dicho el amigo de su padre, pero, para su sorpresa, su suegra estaba tan sana como siempre y en casa las cosas habían cambiado por completo: habían desaparecido las peleas y cada día quería más a su suegra. Así que, corrió a pedirle al sr. Huang un antídoto para que la madre de su esposo no muriese.
El hombre se rió y le confesó: «No te preocupes, las hierbas eran vitaminas; la que has cambiado has sido tú. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, y ahora lo sustituye el amor».
La suegra de Lili

Y es que muchas veces obtendremos de los otros lo que les ofrecemos, por eso, si das amor, recibirás amor a cambio.

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