domingo, 13 de enero de 2019

Gánale la batalla a la gripe

  • Conserva higiene óptima en el hogar.
  • Ventila diariamente las habitaciones.
  • Utiliza preferentemente estufas eléctricas o de gas.
  • No te expongas por tiempo prolongado al humo de braseros o estufas de petróleo.
  • Evita ambientes con humo de cigarro.
  • Tapa filtraciones del techo, paredes, puertas y ventanas.
  • Evita lugares cerrados transitados (supermercados, teatros u otros).
  • En las escuelas los niños deben salir al recreo y se debe aprovechar ese momento para ventilar las aulas.
  • Evita abrigo excesivo en lugares con calefacción.
  • Cúbrete adecuadamente al salir a la intemperie.
  • No quemar basura ni encender chimeneas.
  • Asiste a lugares de gran contaminación sólo en caso necesario.
  • Cubre la boca al toser o estornudar.
  • Elimina pañuelos desechables después de usarlos una vez.
  • Lávate las manos a menudo y cuidadosamente.
  • Procura higiene bucal y personal.
  • Mantén temperatura corporal adecuada, evitando enfriamientos.
  • No visites enfermos con resfriado, gripe o neumonía.
  • Si en el hogar hay un enfermo con gripe, lava bien sus manos después de entrar en contacto con él.
  • Limpia las superficies o juguetes contaminados por estornudos, tos o secreciones nasales.
  • Una última recomendación general: los agentes que ocasionan estas infecciones (virus) no mueren con antibióticos, de modo que el uso indiscriminado de estos medicamentos es contraproducente; empléalos sólo bajo indicación médica.
    Nuestro sistema inmunológico requiere funcionar de forma óptima para poder combatir todo tipo de enfermedades, especialmente las respiratorias; para ello es recomendable reforzarlo:
    • Mantén buena alimentación: es importante dotar al organismo de todos los nutrientes esenciales en equilibrio correcto. Consume todos los tipos y colores de frutas y verduras, granos integrales, proteínas magras, lácteos bajos en grasas y aceites saludables (como los vegetales).
    • ¡Duerme! Dormir suficiente ayuda a nuestro sistema inmunológico a combatir los virus.
    • Haz ejercicio. La actividad física moderada reduce la inflamación del cuerpo.
    2. Toma muchos líquidos (8 a 12 vasos diarios de agua, infusiones o jugo). La gripe suele causar deshidratación, por lo que se recomienda tomar un litro más del consumo diario normal. Además, te ayudará a que las secreciones fluyan mejor.

    3. Ningún fármaco puede curar la gripe, pero algunos pueden ayudar a que te sientas mejor, reduciendo los síntomas.
    Bajas temperaturas, contaminación y humedad influyen negativamente en la calidad de vida de las personas cuando su sistema inmunológico o de defensas se encuentra debilitado. Presentamos algunas medidas para hacer frente al invierno y evitar padecimientos.
    El frío no produce enfermedades, pero sí ocasiona una disminución de las defensas de nuestro cuerpo; en consecuencia, facilita la invasión de microorganismos dañinos que en otras circunstancias no sortearían barreras como los cilios nasales (filamentos encargados de expulsar el moco de los senos paranasales), que pierden movilidad con las bajas temperaturas y permiten a los agentes externos penetrar profundamente en vías respiratorias.
    De ahí que los padecimientos más comunes en invierno sean los que afectan a nariz, garganta y bronquios. A continuación presentamos los más comunes:
    • Resfriado. Enfermedad viral, generalmente leve, que se caracteriza por presentarse en vías respiratorias superiores (nariz y garganta). Dura de 2 a 5 días, y sus síntomas incluyen malestar general, congestión nasalestornudostos seca poco frecuente y a veces un poco de fiebre; en menores de un año puede ocasionar transtornos en alimentación y sueño. No se trata con antibióticos debido a que no actúan sobre los agentes invasores; sólo exige reposo, gran cantidad de líquido y para aminorar sus efectos se recomiendan analgésicos y antigripales.
    • Faringitis. Inflamación de la faringe (parte baja de la garganta) o amígdalas, provocada casi siempre por bacterias; inicia de manera brusca con decaimiento, dolor de cabeza, garganta y ganglios, fiebre, enrojecimiento e hinchazón de la garganta. Requiere reposo y consultar al médico para que administre antibiótico.
    • Otitis. Infección del oído medio y del conducto que lo comunica con la faringe o garganta, conocido como trompa de Eustaquio (puede afectar a uno o ambos oídos), y que es ocasionada por virus o bacterias. Provoca intensos dolores en la zona afectada y fiebre, y habitualmente es resultado de una complicación del resfriado común, por lo que se requiere de la asistencia del médico; en caso de supuración (salida de líquido o pus) no se debe tapar el conducto auditivo externo. No es contagiosa.
    • Laringitis. Infección de la laringe (parte alta de la garganta) generalmente por virus; provoca fiebre, agotamiento y diversos grados de obstrucción que se refleja en pérdida parcial o total del habla, tos seca o dificultad para respirar. Si los síntomas son leves se pueden atender en casa, pero al igual que los casos graves, que requieren hospitalización, necesita consulta médica.
    • Bronquitis. Enfermedad producida casi siempre por virus, caracterizada por la obstrucción de bronquios y bronquíolos, tos de intensidad variable, fiebre moderada, respiración agitada, ruido en el pecho y dificultad para tomar aire y alimentarse. Casi siempre se presenta en niños menores de dos años, y en pequeños de tres meses o menos puede ocasionar apnea (dejar de respirar). Se debe acudir al médico para definir la gravedad y tratamiento para evitar complicaciones.
    • Neumonía. Ocasionada por virus o bacterias, provoca inflamación en pulmones muy intensa; se trata con antibióticos que deben prescribirse a la brevedad por un profesional, pues puede haber complicación. Sus síntomas comunes son: tos, fiebre y dificultad respiratoria, pudiendo presentarse dolor abdominal, vómitos, escalofríos y flemas. En lactantes se manifiesta a través de malestar general, inapetencia y hundimiento debajo de las costillas.
    Las principales causas de estos padecimientos más comunes en invierno son la contaminación ambiental o al interior de hogar, escuela o trabajo; falta de ventilación en habitaciones, permanecer en lugares cerrados junto con personas enfermas y humedad debida a filtraciones, goteras u otros motivos.
    . Nuestro sistema inmunológico requiere funcionar de forma óptima para poder combatir todo tipo de enfermedades, especialmente las respiratorias; para ello es recomendable reforzarlo:
    • Mantén buena alimentación: es importante dotar al organismo de todos los nutrientes esenciales en equilibrio correcto. Consume todos los tipos y colores de frutas y verduras, granos integrales, proteínas magras, lácteos bajos en grasas y aceites saludables (como los vegetales).
    • ¡Duerme! Dormir suficiente ayuda a nuestro sistema inmunológico a combatir los virus.
    • Haz ejercicio. La actividad física moderada reduce la inflamación del cuerpo.
    2. Toma muchos líquidos (8 a 12 vasos diarios de agua, infusiones o jugo). La gripe suele causar deshidratación, por lo que se recomienda tomar un litro más del consumo diario normal. Además, te ayudará a que las secreciones fluyan mejor.
    3. Ningún fármaco puede curar la gripe, pero algunos pueden ayudar a que te sientas mejor, reduciendo los síntomas
    Resultado de imagen de fotos de personas enfermas de gripe
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