martes, 8 de enero de 2019

Cultivar la gratitud mejora las relaciones


Según Cicerón, “la gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás.”
La palabra gratitud procede del latín gratitūdo y, según la RAE, es “el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.”

Gratitud pues, es algo que sentimos y que además nos impulsa a la acción. A través de ella, reconocemos las cosas buenas de nuestras vidas, ya sean intangibles o tangibles, y actuamos en consecuencia. Pero además de un estado temporal, también es un rasgo de carácter y ser una persona agradecida equivale a sentirse más satisfecho con la vida.


  • Disminución de la presión arterial y un sistema inmunológico más fuerte

  • Mayor optimismo, felicidad y resiliencia

  • Emociones más positivas y relaciones mejoradas

  • Dormir mejor

  • Sentirse menos solo o aislado

  • y una mayor capacidad para ser generoso y compasivo

  • Hasta aquí unas cuantas razones convincentes para expresar gratitud con más regularidad. Pero no es tan fácil como parece. ¿sabes por qué?
    Habrás notado que, aunque siempre suele haber algo por lo que sentir gratitud, el cerebro no es especialmente sensible a este sentimiento. Más bien tiende a pasar por alto todas las buenas personas, oportunidades, eventos y otras cosas positivas en nuestras vidas.
    La mente humana tienen un “sesgo de negatividad” natural, también conocido como el efecto negativista, que permite que las cosas negativas (experiencias, pensamientos, emociones, etc.) tengan un mayor impacto psicológico que las cosas positivas.
    Piensa un momento: ¿Cuándo fue la última vez que estuviste dándole vueltas en la cabeza a algo fantástico?
    Como dice el psicólogo Rick Hanson, autor de “El cerebro de buda: la neurociencia de la felicidad, el amor y la sabiduría”: “La mente es como Velcro para las experiencias negativas y Teflón para las positivas”.
    Esa tendencia natural que todos tenemos y que, según el temperamento de cada cual será más o menos aguda ¿se puede invertir de alguna manera? ¿Podemos vencer ese sesgo de negatividad? ¿Podemos al menos, tener una visión más equilibrada de las cosas para no sentirnos mal gratuitamente? La respuesta es SI. Por ejemplo cultivar la gratitud. Es una habilidad que se puede entrenar. Esa es la gran noticia.
    Importa matizar que por supuesto no se trata de transformar la realidad, dulcificarla o positivarla porque sí. Lo que podemos hacer es cuestionar nuestra visión de esos momentos en que nos regocijamos en los aspectos más adversos de la realidad. Esos días en que nuestra mente pone el foco en lo negativo y ensombrece cualquier otro rincón.
  • El neurocientífico de la UCLA, Alex Korb, ha escrito acerca de cómo la felicidad y la depresión no están tan preprogramadas como se puede pensar. Aunque venimos con nuestro temperamento único de fábrica, algo podemos hacer para potenciar o reducir ese sesgo negativista que comentábamos. Korb, en su libro “The Upward Spiral” (La espiral ascendente) explica que las pequeñas cosas que hacemos habitualmente pueden crear una espiral ascendente de sentimientos positivos en el cerebro.Esta semana, cada mañana al levantarte, reserva un minuto para escribir dónde te gustaría centrar tu gratitud ese día. Después de eso, cierra los ojos y siéntate por un momento para enfocarse en esa cosa o persona de una manera positiva que genera una sensación de calor dentro. Ese sentimiento es gratitud, y una vez que lo sientas, respira profundamente y deja que se funda con tu conciencia.
  • Elogia a personas a las que no sueles alabar. (Con sinceridad por supuesto)
    5.) Mira por la ventana, o sal a la calle, y encuentra algo que apreciar, como la forma en que el sol se refleja en una superficie, un elemento arquitectónico de un edificio, una hoja caída, granos de arena en la playa, etc.
    6.) Ayuda a alguien a descubrir la gratitud.
    7.) Proponte decirle todos los días a tu pareja o a una persona amiga algo que aprecias de ellos.
    8.) Mírate en el espejo mientras te lavas los dientes, y piensa en algo que has hecho bien recientemente o algo que te gusta de ti.
    9.) Comparte tus sentimientos de gratitud con nosotros a través de Facebook o Twitter. ¿Por qué estás más agradecido?
  • Lo que es transformador en las prácticas de gratitud es que el proceso a menudo cambia nuestro enfoque sobre nosotros mismos y con respecto a otras personas o nuestro entorno. Como resultado, a menudo nos sentimos más conectados con los demás, con la naturaleza, con las experiencias e incluso con la comunidad global.
  • En ese sentido, Froh dice que no hay razón para llevar un diario de gratitud o escribir cartas de agradecimiento si no lo disfrutan o si no sienten que reciben beneficios a cambio. Así como hay más maneras de hacer ejercicio que salir a correr, también hay muchas otras maneras de cultivar la gratitud.
    Por ejemplo, puedes practicar mindfulness, la atención plena; dedicar tiempo a saborear lo bueno del pasado; actuar con más generosidad; o pasar tiempo en la naturaleza y lejos de las pantallas.
    Aunque haya excepciones, de momento hay acuerdo en que el estado positivo de gratitud generalmente tiene muchos beneficios y es una manera efectiva de enseñar a la gente a regular su estado emocional
  • Resultado de imagen de fotos de personas agradecida


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